Por revistaeyn.com
El auge de las monedas digitales y la búsqueda de mecanismos que fortalezcan la integración financiera regional abre la posibilidad de evaluar la emisión de una stablecoin respaldada por el “peso centroamericano” como una alternativa para impulsar la estabilidad monetaria, reducir costos transaccionales y mejorar la inclusión financiera en la región, señala un estudio de la Secretaría Ejecutiva del Consejo Monetario Centroamericano (SECMCA).
Una stablecoin es un “token” digital cuyo valor está anclado a un activo subyacente —en este caso, al peso centroamericano o a una canasta de monedas de las economías del istmo— y que opera sobre redes blockchain mediante contratos inteligentes para asegurar su integridad y trazabilidad.
Esta arquitectura permitiría transacciones casi instantáneas y de bajo costo, en contraste con los sistemas tradicionales de liquidación interbancaria, que suelen implicar comisiones elevadas y tiempos de espera prolongados.
Uno de los principales argumentos a favor de la emisión de esta stablecoin, señala el documento, es la promoción del comercio intra-Centroamérica. Al contar con un medio de pago digital y homogéneo, se reducirían las fricciones cambiarias entre países —hoy sujetas a tipos de cambio flotantes y márgenes de intermediación—, facilitando el intercambio de bienes y servicios.
Además, la utilización de una moneda digital común podría impulsar cadenas de valor regionales, desde la agroindustria hasta la manufactura ligera, al simplificar la facturación y la reconciliación de pagos.
Las remesas familiares representan un porcentaje significativo del PIB en varios países de la región. Conforme al estudio, la stablecoin permitiría a los migrantes enviar fondos con tarifas inferiores a las de los proveedores actuales de servicios de remesas, gracias a la minimización de intermediarios en la cadena de valor.
Esta eficiencia no sólo alivia la carga financiera de los hogares receptores, sino que también puede incrementar el flujo neto de divisas al disminuir pérdidas por comisiones bancarias y de cambio.
INTEGRACIÓN FINANCIERA
En Centroamérica, aún existe una proporción considerable de la población sin acceso a servicios bancarios formales. Al basarse en tecnología móvil y blockchain, la stablecoin se concibe como una puerta de entrada al sistema financiero para usuarios no bancarizados, quienes podrían abrir “carteras digitales” con requisitos mínimos de identificación y operar con ella a través de teléfonos inteligentes o puntos de atención simplificados. De esta manera, se acortarían las brechas de acceso y se incentivarían pequeños emprendimientos y microempresas.
El documento del SECMCA destaca que la emisión de tokens “peso centroamericano” generaría un nuevo flujo de ingresos por señoreaje para la región. Al crear stablecoins respaldadas por reservas en moneda local o en activos de alta liquidez, los bancos centrales centroamericanos podrían optimizar la gestión de sus pasivos y diversificar sus instrumentos de política monetaria.
No obstante, advierte que la implementación debe acompañarse de marcos legales y de gobernanza claros para evitar riesgos de inflación excesiva o mala asignación de recursos.
A diferencia del efectivo físico, cada transacción realizada con la stablecoin dejaría un registro inmutable en la blockchain, accesible a las autoridades regulatorias y, potencialmente, a los propios usuarios. Esto contribuiría a combatir el lavado de dinero y la corrupción, al facilitar auditorías en tiempo real y reducir la opacidad en los flujos de capital.
El estudio subraya la necesidad de equilibrar esta trazabilidad con la protección de datos personales y la privacidad de los usuarios.
Pese a los beneficios, el informe advierte sobre varios desafíos. Primero, la armonización de regulaciones entre países con distintos marcos jurídicos y niveles de desarrollo institucional. Segundo, la infraestructura digital debe ser robusta y estar acompañada de inversiones en conectividad, especialmente en áreas rurales.
Tercero, se requiere capacitación para supervisores bancarios y operadores del mercado en materia de criptoactivos y tecnología blockchain.
El estudio concluye recomendando un enfoque gradual: implementar programas pilotos en sectores específicos —como el pago de servicios públicos o remesas de prueba— antes de escalar al mercado masivo. Asimismo, insta a fortalecer la cooperación regional a través de la SIECA y foros multilateraless para construir consensos sobre estándares técnicos, de seguridad y prevención de riesgos.
De prosperar esta iniciativa, Centroamérica podría posicionarse como pionera en América Latina en la adopción de una moneda digital de curso legal, sentando un precedente en la integración económica y la innovación financiera .