Por revistaeyn.com
La Cámara de Industrias de Costa Rica (CICR) expresó su preocupación ante la eliminación del sistema de pre-stacking para la carga con declaración anticipada en Puerto Caldera, que representa entre 40-60% de la carga que ingresa al puerto.
“Esta decisión, tomada sin consulta pública y en un contexto de saturación extrema del puerto, genera una afectación grave y transversal para la economía costarricense”, dijo la gremial en un comunicado.
Agregaron que este cambio no solo encarece la operación portuaria, sino que genera aún más incertidumbre y retrasa la entrega de insumos esenciales para la producción nacional. “Si no se toman medidas correctivas de inmediato, Costa Rica enfrentará consecuencias en su competitividad y en la confianza de los inversionistas”, señaló Sergio Capón, presidente de la CICR.
Puerto Caldera ha operado por encima de su capacidad durante más de una década, con niveles de ocupación que han alcanzado el 140 % en momentos críticos. Las medidas implementadas, incluyendo el pre-stacking, han sido mecanismos de mitigación necesarios para evitar la parálisis operativa del puerto.
Sin embargo, la eliminación de este sistema agravará los tiempos de espera, incrementará costos logísticos y pondrá en riesgo la competitividad del país. Hoy el Puerto, a una semana de implementar la resolución, está a 108 % de ocupación en patios y 11 buques se encuentran esperando atracar, 2 de ellos esperan hace un mes.
Se estima que la eliminación del pre-stacking para la carga anticipada generó costos esta primera semana de US$500 y US$800 por contenedor, debido a los movimientos adicionales para mover cada contenedor en un puerto sin espacio. Estos costos aumentarían en tanto se agrave la saturación del puerto.
Al trabajarse el engranaje de la operación portuaria, hasta un 30 % de los servicios podrían dejar de atracar en Costa Rica, afectando la competitividad del país en el comercio marítimo. Asimismo, el Puerto podría volver a presentar largas filas de ingreso de unidades de transporte al puerto como ocurrió en agosto 2021, con picos de hasta un día de espera, con un promedio de 10 horas de espera, lo que afecta toda la carga, ya que el puerto solo tiene una puerta de entrada y una de salida.
“No podemos permitir que una decisión administrativa impacte la operación portuaria empeorando una crisis que ya afecta la competitividad de nuestro país. Se requieren medidas que garanticen la eficiencia y continuidad de las operaciones en Puerto Caldera, mientras se avanza en las soluciones de largo plazo necesarias para modernizar nuestra infraestructura portuaria. Un país con puertos colapsados no puede sostener un modelo de desarrollo competitivo”, concluyó Capón.