Por revistaeyn.com
Los ingresos de los trabajadores (en proporción a los ingresos en general) disminuyeron en 0,6 % en total entre 2019 y 2022, según un estudio de la Organización Internacional del Trabajo que alerta del constante aumento de las desigualdades.
El estudio destaca la pandemia de COVID-19 como un factor clave de este descenso, ya que casi el 40 % de la reducción de la proporción de ingresos laborales se produjo entre 2020 y 2022.
Además, el reporte de OIT revela que desde la disminución de 0,6 puntos porcentuales de 2019 a 2022 se ha mantenido estable, lo que agrava una larga tendencia a la baja. Si la proporción se hubiera mantenido al mismo nivel que en 2004, los ingresos laborales habrían aumentado en US$2,4 billones solo en 2024.
La crisis exacerbó las desigualdades existentes, sobre todo porque las rentas del capital siguen concentrándose entre los más ricos, lo que socava los avances hacia el Objetivo de Desarrollo Sostenible 10, cuyo objetivo es reducir la desigualdad dentro de los países y entre ellos.
IMPACTO DE LA TECNOLOGÍA
Los avances tecnológicos, incluida la automatización, han desempeñado un papel en esta tendencia. Si bien estas innovaciones han impulsado la productividad y la producción, los datos sugieren que también han contribuido a la reducción de la proporción de las rentas del trabajo.
"Sin políticas integrales que garanticen un amplio reparto de los beneficios del progreso tecnológico, la Organización advierte que los recientes avances en el campo de la inteligencia artificial podrían agravar la desigualdad, poniendo en peligro la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible", advierten de la OIT.
El estudio también identifica la gran proporción de jóvenes que ni estudian, ni trabajan, ni están en formación (“ninis”) como un área persistente de preocupación.
Como muestra el informe GET Youth, la tasa mundial de ninis registró sólo un modesto descenso del 21,3 % en 2015 al 20,4 % en 2024, y se prevé que se mantenga estable durante los próximos dos años. La tasa de ninis femenina -que se situó en el 28,2 % en 2024- es más del doble de la que afrontan los hombres jóvenes.