Por Norma Lezcano - Estrategia y Negocios
En una era de disrupción constante, la Educación Ejecutiva ya no puede ser genérica ni teórica. “Hoy, todo debe comenzar con un PDI, un Programa de Desarrollo Individual. Si no es personalizado, no sirve”, afirma Roberto Pérez, CEO de Navega, consultora especializada en formación ejecutiva con fuerte presencia regional.
Desde su perspectiva, los líderes de empresas están buscando algo más que conocimiento técnico: quieren experiencias formativas que se conecten con sus desafíos reales, les permitan acceder a redes de pares y les ofrezcan mentoría efectiva.
Según Pérez, la demanda se orienta hacia programas impartidos por escuelas de negocios internacionales de prestigio, que combinan sesiones remotas con experiencias presenciales selectivas a lo largo del año.
El formato ideal, dice, es aquel que “ocupa pocas horas mensuales, pero incluye espacios para compartir buenas prácticas y mentorías personalizadas”.
La clave está en la continuidad del proceso y en que el aprendizaje tenga aplicación concreta. Las plataformas digitales masivas, en cambio, no están logrando el impacto esperado: “Funcionan como un repositorio de videos. Los ejecutivos no saben qué ver, ni cómo vincularlo con su realidad. No hay networking, ni intercambio. Y eso los desconecta”.
Respecto a las temáticas en auge, destaca la Inteligencia Artificial, la Transformación Digital, la Sostenibilidad y la Innovación como los ejes más solicitados por los equipos de alta dirección.
“Pero sin perder de vista el pensamiento estratégico y el liderazgo adaptado al cambio. Todo eso se debe integrar en programas que respondan al contexto centroamericano”.Pérez advierte que el mayor obstáculo para institucionalizar una cultura de aprendizaje continuo en las organizaciones sigue siendo el tiempo.
“La carga operativa lo consume todo. Por eso es clave alinear la formación con la estrategia de negocio, hacer un diagnóstico 360 de los líderes y diseñar programas que combinen escuela de negocios, networking, mentoría y métricas claras”.
¿Su visión a futuro? Modelos híbridos, colaborativos y altamente experienciales, con simuladores, tecnología integrada y un fuerte componente de mentoría post-programa: “Los ejecutivos muchas veces salen de un curso sin saber cómo aplicar lo aprendido. El mentor es quien los ayuda a conectar el conocimiento con la acción”.
En un entorno empresarial que exige adaptación permanente, las empresas que logren construir programas personalizados, relevantes y centrados en el desarrollo integral de sus líderes, marcarán la diferencia.