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Ricardo Poma: El arquitecto del Grupo Poma

El presidente y CEO de Grupo Poma fue protagonista en varias portadas de Estrategia & Negocios y deja una importante huella en El Salvador y Centroamérica. Gracias a su empuje empresarial y social, durante cinco décadas se consolidó como uno de los grandes referentes de la región y reconocido -reiteradamente- como uno de los empresarios más admirados del istmo y líder empresarial de Alta Confianza por los lectores y la comunidad de E&N. Ricardo Poma fue el arquitecto del desarrollo y expansión de un grupo familiar que ahora tiene presencia en 10 países y que genera más de 10.000 empleos.

2025-08-24

Por José A. Barrera - Estrategia & Negocios

Ricardo Poma deja un legado como el gran empresario salvadoreño y un referente clave en la historia de los negocios en Centroamérica. Presidente y CEO de Grupo Poma, se convirtió en gestor y pionero de la expansión de las empresas familiares de corazón centroamericano hacia nuevos mercados en rubros clave como el automotor, bienes raíces y hotelería. En la actualidad, el conglomerado opera en 10 países de América y ha destacado por el desarrollo de exitosas estrategias multimarca y multipaís.

Su visión quedó plasmada en diferentes entrevistas con Estrategia & Negocios a lo largo de 25 años, una de ellas -en 2001- permitió entender cómo la empresa aún buscaba espacios para crecer, mientras ya tenía una reputación importante gracias al empuje de su líder que creía en el crecimiento ordenado y planificado, pero perfilado por el desafiante entorno de su país. “El salvadoreño -tal vez por vivir en un pequeño territorio y por factores históricos- es una persona muy trabajadora. Hay una cultura de trabajo que se percibe a todos los niveles”, dijo Ricardo Poma en su primera entrevista con E&N en 2001.

El empresario, parte de la tercera generación al frente del negocio familiar, se encargó durante más de cuatro décadas de fortalecer y regionalizar exitosamente a los negocios iniciados por su abuelo Bartolomé y continuados por su padre Luis en lo que ahora se conoce como Grupo Poma, uno de los conglomerados empresariales más importantes de Centroamérica fundado en El Salvador.

Consolidado como empresario de Alta Confianza, Empresario más Admirado de El Salvador y Centroamérica y referente regional, la vida de Ricardo Poma no puede analizarse solo a la luz de la regionalización del portafolio de marcas del grupo y los miles de empleos que generan sus unidades, también lo es a través de su proyección social y filantrópica, la que no se quedó en discursos, sino en acciones concretas que beneficiaron -y benefician- a miles de salvadoreños. “Estoy convencido de que el servicio a la sociedad es una actividad transversal a nuestra operación empresarial, porque no podemos ser solo espectadores de los desafíos sociales que enfrentan nuestro país y la región”, dijo en 2023 tras destacar como el empresario salvadoreño más confiable en la primera edición del estudio Reputación en Centroamérica: el Valor de la Confianza elaborado por Estrategia & Negocios en alianza con DATOS Group y PIZZOLANTE.

UN MOTOR DE “SALTOS CUÁNTICOS”

Poma se convirtió en el motor que permitió al grupo dar -a lo que él llamaba- “saltos cuánticos”, crecimientos exponenciales de los negocios que respaldados en la visión de trabajo y pasión, así como un criterio para el desarrollo de largo plazo, le permitió a la empresa desarrollar negocios de forma exitosa en toda Centroamérica, Estados Unidos, República Dominicana, Colombia y Perú.

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“Yo a veces digo que hemos logrado un crecimiento acelerado en un modelo cuántico. Por ejemplo, dijimos: ‘no queremos estar solo en El Salvador’; ‘la industria de automóviles se va a quedar pequeña, y sería buena idea ofrecer la capacidad de distribuir en toda la región’”, ideas que dieron paso a la regionalización de Excel Automotriz (distribuidora de vehículos y talleres antes conocido como DIDEA), Grupo Roble (su brazo inmobiliario), Real Hotels & Resorts, Grupo Roble, Grupo Solaire e incluso de AutoFácil (reconocida como una de las instituciones financieras más innovadoras de Latinoamérica), unidades que en conjunto generan más de 10.000 empleos.

En 2001, cuando el grupo aún no operaba en Suramérica, Ricardo tenía claro que para competir en mercados más grandes había necesidad de lograr niveles operativos de excelencia. “Parte de nuestra estrategia ha sido volvernos menos vulnerables a la competencia externa. Hemos analizado todas las divisiones para sentirnos seguros de tener la habilidad de competir con cualquier empresa. El reto es que todas las divisiones sean de primer mundo”, enfatizó entonces.

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Bajo su liderazgo, Real Hotels & Resorts fue pionera en hotelería de cinco estrellas en Centroamérica y durante tres décadas ha establecido exitosas alianzas con InterContinental, Marriott, Hyatt y Choice Hotels International. Actualmente, el grupo es propietario de 25 hoteles en diez países y franquicia otros diez.

Mientras que Excel Automotriz está presente en El Salvador, Honduras, Guatemala, Panamá y Nicaragua, donde representa a 18 fabricantes de vehículos entre los que destacan Toyota (del cual fue el segundo distribuidor de la empresa japonesa en el continente americano), Mitsubishi, Kia, Chevrolet, Hino y BMW que en su conjunto venden alrededor de 40.000 unidades por año.

UN LÍDER EXCEPCIONAL

Ricardo Poma tenía claro que el éxito empresarial se construye en dos claves: visión y gente, pilares sobre las que descansa la consolidación de Grupo Poma.

Las dos cosas más importantes son: visión y gente. Uno tiene que tener una visión para tener una idea clara de a dónde quiere ir y necesita tener a la gente para llevarla a cabo”, dijo en otra entrevista con Estrategia & Negocios en 2004.

El empresario resumía el éxito empresarial en nueve puntos:

1. Creer en la gente y tener a la mejor gente.

2. Una visión clara a largo plazo y regional.

3. Un enfoque estratégico muy disciplinado

4. Excelencia en la implementación y decisión formal de ser competitivos a nivel mundial.

5. Ser el número uno en todas las divisiones.

6. Buenas bases.

7. Tener una red de amigos y socios.

8. Principios, valores y tradiciones.

9. Alto valor de energía.

“Tenemos un grupo de personas de excelente capacidad, profesionalismo e integridad en todas las divisiones operativas y en todos los niveles. Creemos en los jóvenes y en ir formando las nuevas generaciones que después van a ir tomando el liderazgo. Tenemos un buen sistema de contratación, de evaluación y de remuneración que alinean el interés de la empresa y del colaborador y que motiva a una buena actuación y al trabajo en equipo”, apuntaba.

También se veía así mismo como “un malabarista” que tiene muchas pelotas en el aire y no pude dejar caer ninguna a partir de su rol activo -hasta el último momento- en asuntos empresariales, fundacionales y familiares.

En 2004, explicó a E&N cómo era su día a día y cómo repartía su tiempo y reveló en una extensa entrevista que dedicaba un 70 % a la parte empresarial y un 30 % a la parte fundacional, académica y política.

Ricardo Poma fue un importante líder y tuvo un destacado rol en instituciones gremiales como la Asociación Salvadoreña de Industriales (ASI), la Unión de Dirigentes de Empresas (UDES), el Comité de Exportaciones (Coexport) y la Cámara de Comercio e Industria de El Salvador (Camarasal), además de participó en la creación de la Fundación Salvadoreña de Vivienda Mínima (Fundasal).

INGENIERO INDUSTRIAL, PILOTO Y “ARQUITECTO FRUSTRADO”

En una de varias entrevistas con E&N, Poma explicó cómo distribuía su tiempo en sus diversos roles, donde dejó ver algunos de sus pasatiempos e incluso de la perfección y sello que imprimió a algunos de los proyectos emblemáticos de la empresa.

“En la parte de negocios dedico más tiempo a la división de bienes raíces, después a la automotriz y un poco menos a la hotelera y al sector industrial. También dedico tiempo al área de inversiones. Como tenemos operaciones en varios países, tengo que viajar mucho. Tengo 35 años de ser piloto, lo que me permite transportarme sin utilizar líneas aéreas y eso me da una gran flexibilidad. Además, me encanta volar aviones y helicópteros”, dijo en esa oportunidad.

Sin embargo, era alguien muy informado sobre el desempeño de las operaciones del grupo. “Creo que las personas que reportan directamente a mí le dirían que estoy bastante enterado de todo lo que ocurre”, apuntó, pero reconoció que no veía pedidos y que tenía años de no firmar un cheque.

“Participo de las decisiones de recursos humanos, de inversiones, de las estrategias de cualquier índole y de las que afectan en la posición e imagen del grupo, así como en muchísimas cosas que nadie más puede hacer por mí. A veces dedico largas horas a ver la arquitectura y el diseño interior de un hotel o de un centro comercial. Me interesa, siento que es mi sello y creo que tengo un gusto razonable. Soy muy detallista y un poquito arquitecto frustrado”, acotó el empresario que tenía el título de Ingeniero industrial por Princeton University (graduado en 1967) y MBA por Harvard Business School (1970).

PROTECTOR Y CATALIZADOR DEL LEGADO FAMILIAR

Ricardo Poma era un convencido de la idea de que cada generación al frente del negocio familiar había sabido aprovechar las oportunidades que habían tenido en frente, pero siempre bajo la idea de trabajo y ética. “Siento una especial admiración por mi abuelo Bartolomé y por mi padre Luis. De mi abuelo me parece sorprendente su espíritu aguerrido y aventurero, su tenacidad y determinación para enfrentar numerosos obstáculos, desde su travesía por Europa y América, las guerras, los desastres naturales e incluso la quiebra de su primera empresa en El Salvador”.

“Mi padre era sin duda un hombre visionario con un profundo sentido de solidaridad. Con él, Grupo Poma dio los primeros ‘saltos cuánticos’, un término con el que defino aquellas decisiones que nos hicieron crecer aceleradamente, como la adquisición de la representación de Toyota y la construcción del primer complejo de usos múltiples conformado por Metrocentro, la torre Roble, el Hotel InterContinental y la colonia Miramonte (en San Salvador), idea que más adelante llevamos fuera de El Salvador”, apuntó.

Ricardo acompañó a su padre en el desarrollo de hitos para el grupo como la diversificación operativa de la división automotriz y la construcción progresiva de Metrocentro en 1971, un inmueble emblemático consolidado como uno de los mayores centros comerciales de Centroamérica, un liderazgo que resistió incluso los embates de la guerra civil salvadoreña en la década de 1970, cuando, tras el secuestro y asesinato de su hermano Roberto a manos de grupos guerrilleros, asumió la dirección estratégica y operativa del conglomerado.

Gracias a su visión replicó el éxito de Metrocentro con el desarrollo de otros proyectos emblemáticos para el paisaje urbano de Centroamérica, la ciudad de Escazú, en Costa Rica, se transformó a mediados de la década de 1990 con el desarrollo de Multiplaza que tras consolidar su éxito se replicó con resultados satisfactorios en Honduras (1996), El Salvador (2004), Panamá (2004) y Colombia (2017) y ahora se erige como uno de los grandes hitos bajo la gestión el empresario que logró, como sus ancestros, dejar importantes legaos empresariales.

De Luis Poma (su padre), dijo, admiraba sobre todo su convicción por involucrarse en atender las necesidades de las comunidades más vulnerables, una misión que continuó y amplió, en la presidencia de la Fundación Poma y FUSAL, dos organizaciones sólidas, que hoy en día están generando impacto en las áreas de educación, salud y cultura, visión que se desarrolla de forma paralela con la regionalización del grupo que desde hace un par de años también tiene la participación de la cuarta generación familiar conformada por sus hijos: Fernando, Alberto y Andrés y su sobrinos Alejandro y Diego, así como otros miembros de la familia.

“Todas las generaciones de nuestra familia han considerado relevante la importancia de cuidar principios fundamentales como la integridad, la excelencia y el respeto al hacer negocios, pero también valores como la solidaridad y el servicio en nuestra relación con la sociedad. Esa convicción nos ha permitido construir relaciones de confianza con nuestros colaboradores, clientes y aliados en todos los países donde operamos”, dijo Ricardo Poma hace un año en la segunda edición del estudio Reputación en Centroamérica: el Valor de la Confianza.

Ricardo Poma: El arquitecto del Grupo Poma

En otra oportunidad, dijo a Estrategia & Negocios que la mística de trabajo del Grupo se basada en valores y era un elemento fundamental en el ADN de sus empresas. “Durante cuatro generaciones hemos mostrado un fuerte compromiso de seguir una brújula de valores que incluyen la integridad, la excelencia, el amor al trabajo, el respeto, la renovación, la solidaridad y el servicio. Esa manera de conducirnos en el ámbito de los negocios, haciendo siempre lo correcto, tiene fuertes raíces en nuestras empresas, y nos ha permitido alcanzar y mantener el éxito. Es palpable en todas nuestras divisiones el sano orgullo de ser parte de Grupo Poma”, apuntó.

Eso ha permitido que las empresas del grupo también destaquen en estudios como el que elabora el Great Place to Work Institute que elabora el ranking de Los mejores lugares para trabajar donde era protagonista el apoyo para el desarrollo profesional de sus colaboradores.

FILÁNTROPO CON LABOR SOCIAL PERMANENTE

Durante su vida empresarial, Ricardo Poma se consolidó además como uno de los mayores filántropos de El Salvador, gracias a su decidido apoyo a la educación con organizaciones como la Fundación Salvadoreña para la Salud y el Desarrollo Humano (FUSAL), la Fundación Poma, la Escuela Superior de Economía y Negocios (ESEN), el Teatro Luis Poma y la Fundación Renacer.

Era un fiel creyente de que los empresarios tienen la oportunidad de protagonizar cambios en la vida de las personas, comenzando por sus colaboradores y extendiendo esa acción a las comunidades más vulnerables. "La experiencia del sector privado y nuestra mística de trabajo son valiosas en la formulación de soluciones de impacto a desafíos como la pobreza, la falta de acceso a educación de calidad, la precariedad de los servicios de salud, entre otros", explicaba.

En los inicios de su trayectoria esta labor la hizo acompañando a su padre Luis y durante los últimos 20 años hizo equipo con sus hijos, Fernando, Alberto y Andrés, sus sobrinos, Alejandro y Diego, así como con su hermano menor Ernesto.

Familia Poma: Visión, orgullo, unión y liderazgo diversificado

Dedicó buena parte de su tiempo a incidir positivamente en el desarrollo humano y el progreso de la región, especialmente, en El Salvador, país al que siempre se sintió arraigado, donde además de dar continuidad a la Fundación Poma y FUSAL en 2013 creó la Fundación Renacer, mientras que en 1993 había liderado la creación de la Escuela Superior de Economía y Negocios (ESEN) que ha formado a más de 2.600 graduados, altamente demandados y reconocidos en el mundo laboral.

Ricardo Poma: El arquitecto del Grupo Poma

Pese a la disposición de apoyar a su país a lo largo de su carrera, durante la pandemia por Covid-19, promovió, desde FUSAL y Fundación Poma, el Fondo de la Solidaridad, una iniciativa que reunió US$2,2 millones, provenientes de la empresa privada, organizaciones internacionales y donantes particulares, con el objetivo de dotar al sistema nacional de pruebas de detección del virus, equipo de protección personal y capacitación técnica. La fundación familiar dio el primer paso y aportó US$1 millón al fondo.

Los empresarios no podemos ser simples espectadores de lo que ocurre a nuestro alrededor. Tenemos la responsabilidad de ser actores comprometidos, poniendo al servicio del país nuestro tiempo, experiencia y recursos, para provocar las transformaciones necesarias que impulsen el progreso social”, dijo el empresario el año pasado, durante la conmemoración del 40 aniversario de Fundación Poma donde en un emotivo discurso habló sobre el valor de la familiar, el apoyo a los más necesitados y el deseo de construir un mejor país y una mejor región.

UNA VIDA CON MÚLTIPLES RECONOCIMIENTOS

Entre los premios y reconocimientos que recibió están la Orden al Mérito “5 de Noviembre, Próceres de la Independencia” — condecoración entregada por la Asamblea Legislativa de El Salvador, que reconocía su aporte al desarrollo económico y social; además de ser uno de los empresarios más Confiables y Admirados de Centroamérica, en más de una ocasión. Ambos especiales de revista E&N, donde además figuró dentro de la lista de los 300 líderes centroamericanos, en la edición 300 de la publicación.

Se suman a ellos “Award of Happiness” — reconocimiento regional que figura entre los galardones que ha recibido por su impulso al bienestar laboral y liderazgo; y “Palma de Oro” en 2001 en el ámbito empresarial salvadoreño, así como “Bravo Business Award: Social Responsibility CEO of the Year”, otorgado por Latin Trade, en 2014.

Era Miembro del Comité Asesor del InterAmerican Dialogue y del Asocio para el Crecimiento, programa conjunto entre los gobiernos de Estados Unidos y El Salvador, enfocado en desarrollo económico, competitividad y seguridad en El Salvador, así como del Comité Asesor del Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Harvard.

José A. Barrera
José A. Barrera
Editor

Periodista salvadoreño con más de 20 años de experiencia en cobertura de temas de economía y negocios. Apasionado por la dinámica empresarial y de negocios de Centroamérica. Experiodista de El Diario de Hoy, El Economista y Diario El Mundo.

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