Por José A. Barrera - Alejandra Ordóñez- Estrategia & Negocios
Los protagonistas de la industria de alimentos en Centroamérica movieron sus piezas en 2024 y se alistan para una reconfiguración del mercado en 2025. Ampliaciones, nuevas inversiones e incursiones han marcado el desarrollo de un rubro que es dinámico por su naturaleza misma.
Estas estrategias se reflejan en los planes de inversión de grandes empresas del sector como el caso de Bimbo, Nestlé, Corporación Multi Inversiones, Cargill, Vitali Alimentos y Castillo Hermanos, que aprovechan el potencial de atender a un mercado regional integrado con una propuesta comercial diversificada que busca conquistar más mesas y platos.
Las inversiones en marcha van desde el aumento de la huella geográfica, el desarrollo de nuevos productos, hasta la instalación de nuevas plantas de producción, como el caso de la mexicana Bimbo (el mayor grupo panificador del mundo) que invierte US$200 millones en la construcción de una nueva fábrica en El Salvador (la que se espera entre en operación en el segundo semestre de 2025) y con la que proyecta atender la creciente demanda de sus productos en Centroamérica.
Sin embargo, las inversiones no solo se limitan a un aumento de capacidad per sé. También incluyen mejoras en eficiencias y tecnología. La multinacional suiza Nestlé inauguró en febrero su Centro de Análisis de Datos e Inteligencia Artificial (CADIA), un complejo tecnológico en la zona 12 de la Ciudad de Guatemala, donde la compañía invirtió US$5 millones y que promete crear sinergias entre el análisis de datos y la gestión comercial, mediante el uso de la IA y del aprendizaje automático para optimizar los procesos de venta, marketing y servicio.
“El CADIA representa un salto cualitativo en la forma en que utilizamos la tecnología para fortalecer nuestro impacto en la industria y en la vida de las personas”, destacó Patricio Astolfi, director general de Nestlé Guatemala.
En tanto, en el arranque del año, la guatemalteca Castillo Hermanos inauguró en Panamá la ampliación de su planta de producción de helados La Italiana -en la localidad de Pacora- como parte del refuerzo de su amplio portafolio de productos en el segmento de indulgencia y de su estrategia de crecimiento en ese mercado.
NUEVAS TENDENCIAS
Juan Pablo Mancilla, director ejecutivo de la Gremial de Alimentos y Bebidas (GREMAB) -adscrita a Cámara de Industria de Guatemala- explica que el panorama regional es marcado por un patrón de crecimiento empujado por una evolución del mercado, el cual se potencia por la adopción de nuevas tendencias de parte de los consumidores.
“En el consumo regional se observa una tendencia de apertura a una diversidad de estilos de vida, impulsados por distintos factores como la edad, hábitos, niveles socioeconómicos, culturales, entre otros”, dijo Mancilla, quien considera que esto ha generado una demanda de productos variados alineados con las emergentes preferencias del consumidor.
En los últimos años, las empresas del sector han dado un paso hacia el frente en el desarrollo de productos innovadores que atienden a un nuevo consumidor ávido de propuestas modernas y prácticas, beneficiadas -en parte- por la apertura de la oferta en otras latitudes.
Esto se evidencia en el desarrollo de propuestas como la de la guatemalteca Vitali Alimentos que, el año pasado, lanzó al mercado la marca SOMOS que tiene como objetivo consolidarse como un actor referente en el mercado del “food service”.
En noviembre de 2024, Andrés Barrios, gerente de Negocios de la empresa, destacó que el objetivo de la compañía con este desarrollo no solo es ofrecer productos basados en la proteína, si no todos los alimentos que compone un plato, desde los acompañamientos hasta las salsas.
Mancilla, de GREMAB, recalca que en el rubro de alimentos -en general- hay una mayor sofisticación. “La oferta regional y extrarregional ha evolucionado con mayor diversificación e innovación, adaptando productos a las distintas necesidades del mercado, lo que le ha permitido mejorar la experiencia del consumidor, facilitando su integración en distintos estilos de vida”.
CONSUMIDORES MÁS CONSCIENTES
Rafael Murillo, gerente senior de Estrategia y Transacciones de EY Centroamérica, Panamá y República Dominicana, explica que una de las tendencias más marcadas en la región es la intención de adoptar hábitos de vida más saludables, lo cual lleva a una mayor demanda por alimentos que se caractericen por ser frescos, con alto valor nutricional e inclusive orgánicos, una vía que gana protagonismo en los portafolios de las empresas del rubro.
El especialista valora que en paralelo existe, de parte del consumidor, una preocupación por llevar a cabo una selección “más consciente” en términos de precios, cuidando el presupuesto de los hogares, una tendencia que equilibra las apuestas empresariales.
“En resumen es la búsqueda de una buena relación calidad-precio. Si bien cada mercado en Centroamérica y fuera de la región tiene sus particularidades, estas tendencias se muestran de manera altamente generalizada a nivel global”, dice el especialista de EY.
Xavier Vargas, CEO de Cargill Food Latinoamérica, da pistas sobre esta búsqueda de eficiencias. El ejecutivo dijo a Estrategia & Negocios que avanzan en la consolidación de sus unidades, estrategia con la que buscan aumentar su presencia y negocios de cara al consumidor final en una gran región que va desde México hasta Brasil, donde Centroamérica destaca por ser una región que aporta altos rendimientos.
El objetivo de la compañía es consolidar su operación centroamericana (donde destacan sus negocios en Honduras, Nicaragua y Costa Rica), pero con una apuesta por el desarrollo de los mercados de Guatemala y El Salvador donde ya barajan el desarrollo de nuevas inversiones, opciones que incluyen la posibilidad de adquirir empresas del rubro o construir sus propias unidades desde cero.
EN BÚSQUEDA DE MÁS EFICIENCIAS
Murillo considera que el entorno de negocios es clave. Entre los principales retos que enfrenta la industria se encuentran la volatilidad de los costos y deficiencias en la infraestructura regional, variables que limitan en ocasiones el desempeño en los procesos productivos y de la cadena de suministros.
Sin embargo, valora que esto se compensa -en parte- por una visión de escala, algo que si bien genera oportunidades también representa desafíos. “El tamaño de los mercados individuales en los países de América Central introduce una complejidad adicional al tener que atender múltiples factores para cada uno de ellos y a la vez lograr amasar una escala razonable a nivel regional”, valora el analista.
Añade que hay otros factores emergentes que igualmente plantean retos, destaca el caso de las dinámicas geopolíticas globales que también introducen cierto grado de incertidumbre.
Al arranque del año, la política arancelaria de la administración Trump ha generado temores sobre el impacto en las actividades productivas que podrían incidir en la manufactura de alimentos.
Sin embargo, Murillo sostiene que -en la suma de factores- la región sigue estando llena de oportunidades, ya que hay países y regiones con potencial sin explotar, los cuales pueden beneficiarse con la llegada de inversión extranjera y de la expansión en sectores dinámicos como tecnología y servicios financieros.
“Una de las principales oportunidades en nuestra región es explotar la innovación adaptativa, con productos que ofrecen alternativas al consumo tradicional como aquellos fortificados o con beneficios adicionales nutricionales, implementación de empaques sostenibles o más económicos, la ‘sachetización’ –con versiones económicas de productos premium o presentaciones más pequeñas- y el aprovechamiento de desperdicios o automatización”, reitera.
MULTILATINAS EN EXPANSIÓN
La incursión de la guatemalteca CMI al mercado estadounidense se convirtió en una de las jugadas empresariales más ambiciosas de Centroamérica en 2024, pero no es del todo una sorpresa.
La empresa anunció en noviembre un acuerdo para adquirir una participación mayoritaria en Del Real Foods, un movimiento que le da el control de una marca líder en alimentos hispanos-Además, celebró en febrero de este año la apertura del restaurante número 122 de su cadena Pollo Campero en Nueva York, EE. UU., marca con la que incursionó hace más de 20 años en dicha plaza.
Sin embargo, la inversión en Del Real Foods-cuyo monto no fue revelado- es un hito para una empresa que ya ve a Estados Unidos como su segunda geografía más relevante y le abre un panorama de largo plazo.
Gracias al acuerdo, CMI opera plantas de producción en Mira Loma, California, y Moore, Oklahoma, donde se producen tamales, carnitas, salsas, pupusas, entre otros productos creados a mano con ingredientes frescos, pero además se convierte en un canal potencial para llevar a más consumidores el amplio portafolio de productos bajo su sello.
“La ‘salsa secreta’ detrás del éxito de CMI es que somos una empresa familiar, lo que nos permite enfocarnos en una visión a largo plazo centrada en el bienestar de nuestra gente y en la construcción de relaciones duraderas con nuestros socios y consumidores”, valoró entonces José Gregorio Baquero, CEO de CMI Alimentos.
UN MERCADO DINÁMICO
Murillo, de EY, sostiene que tanto el movimiento de CMI en Estados Unidos como el caso de Bimbo en El Salvador son ejemplos claros del dinamismo característico del sector alimentos en los últimos años y de cómo las empresas multilatinas siguen en franca expansión.
“Los grupos multilatinos se han percatado que pueden competir con grupos de economías desarrolladas y acceder a mercados con tamaños más atractivos en términos de tamaño y niveles de consumo”, valora el especialista.
Detalla además que este tipo de movidas les permiten alcanzar una mayor diversificación del riesgo e incluso de su portafolio, pero demuestran la adaptabilidad en sus redes de manufactura y distribución esto al contar con una presencia geográfica ampliada.
Murillo puntualiza que esta tendencia tiene mucho camino por delante y que se seguirán observando inversiones transfronterizas -desde y hacia nuestra región-, particularmente en materia de fusiones y adquisiciones por las ventajas que presentan para conseguir los objetivos de expansión de las compañías