Por revistaeyn.com
La economía costarricense mostró en julio de 2025 una dinámica mixta: un crecimiento interanual del Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) de 4,6 %, impulsado sobre todo por la manufactura y ciertos servicios, mientras que sectores tradicionales como la agricultura y la construcción siguen mostrando fragilidad, según el informe del Banco Central de Costa Rica (BCCR).
El desempeño global reflejó una marcada divergencia por regímenes: las empresas acogidas a regímenes especiales registraron un avance contundente del 15,6 %, el mayor desde julio de 2023, en tanto el régimen definitivo creció de forma más moderada, 2,2 %.
En la base del salto de los regímenes especiales están las exportaciones de implementos médicos —con un alza de 50,5 %— y el mayor peso de actividades vinculadas al ensamblaje, servicios administrativos y tecnologías de la información.
La manufactura fue la gran protagonista al aportar la mayor contribución al crecimiento: el sector mostró un crecimiento agregado de 12,9 %. No obstante, esa cifra oculta realidades contrapuestas: la manufactura bajo regímenes especiales se aceleró 33,4 %, mientras que la manufactura del régimen definitivo registró una leve contracción de 0,3 %, arrastrada por caídas en alimentos, textiles y productos de papel.
En contraste, industrias metalúrgicas y productos de acero inoxidable exhibieron resultados positivos, reporta el BCCR.
Entre los servicios, el agregado creció 3,7 %, impulsado principalmente por los servicios profesionales y administrativos (5,1 %), que contribuyeron con cerca del 30 % del aumento total del rubro.
Transporte y almacenamiento avanzaron 6,0 %, ligado al flujo de mercancías del comercio exterior, y las actividades de información y comunicación (incluido desarrollo de software) mostraron también un comportamiento favorable. Sin embargo, ocho de las diez subactividades de servicios moderaron su ritmo respecto al año anterior.
El sector agropecuario siguió en terreno negativo, con una caída marginal de 0,1 % atribuida a condiciones climáticas adversas que afectaron banano, papa y tubérculos; solo piña, pollo y ciertas hortalizas compensaron parcialmente esa merma. La construcción acumuló cinco meses de resultados negativos y en julio cayó 2,3 %, por la menor ejecución de proyectos residenciales, aunque la obra pública avanzó 5,9 % (carreteras, acueductos y proyectos municipales).
El comercio creció 2,6 %, con sectores como productos eléctricos, farmacéuticos y alimentos por encima del promedio, mientras la venta de vehículos continúa su desaceleración. En conjunto, el informe muestra una economía costarricense que se sostiene por dinámicas exportadoras y de servicios especializados, pero que afronta cuellos de botella en la demanda interna, la agricultura y la inversión residencial.