Por revistaeyn.com
Entrar o salir a la capital de El Salvador por el lado de occidente se ha vuelto un serio problema por el caos vehicular que hay debido al cierre desde el pasado sábado 26 de abril por un derrumbe de grandes proporciones en la carretera Panamericana, en el tramo de Los Chorros.
El Ministerio de Obras Públicas y Transporte informó que ha iniciado trabajos de impermeabilización “temporal” de taludes son una “medida esencial” para reducir las pendientes que se ubican en gran parte de la carretera para “alcanzar el diseño final” de los taludes en el proyecto de Los Chorros, que contempla la ampliación de la carretera y la construcción del viaducto Francisco Morazán.
El fin de semana, el desprendimiento de tierra obstaculizó el paso vehicular más de 15 horas y se abrió; sin embargo, lunes por la tarde se anunció un nuevo “cierre temporal” en ambos sentidos de vía debido a que se llevan a cabo trabajos de remoción de materiales.
IMPACTO ECONÓMICO
El presidente de la Asociación Salvadoreña de Transportistas de Carga (Astic), Raúl Alfaro, aseguró que el sector ha buscado vías alternas ante el cierre de la carretera Panamericana al mismo tiempo que advirtió de que los transportistas han sumido los costos de la emergencia.
Alfaro indicó que la situación no les ha “afectado mucho” en los últimos días, principalmente porque la distancia en el recorrido es pequeña comparado con todo el trayecto.
ASTIC explicó que la carga más afectada corresponde a la que se dirige hacia Guatemala, pues Los Chorros es la vía más conveniente para recorrer los 300 kilómetros que comprende este trayecto.
Las rutas alternas que se toman para evitar retrasos suman alrededor de 30 kilómetros más, una situación por la que ASTIC descartó subir la tarifa del transporte en estos momentos.
El transporte de carga pesada de más de 15 toneladas se mantuvo restringido en la zona desde el desvío hacia Acajutla, departamento de Sonsonate, a San Luis Talpa, en La Paz, hasta este sábado. La asociación apuntó que la medida continuó aplicándose durante todo el fin de semana, lunes y martes.
La preocupación del sector es que si esta inestabilidad se extiende por 15 días va a impactar directamente a los transportistas de carga pesada y deberán analizar la situación.
La gremial estima que los 30 kilómetros extras en el recorrido implican unos US$15 de combustibles más, debido a que los transportistas internacionales de carga pesada han pasado llenar el tanque con 70 galones a 75.
Al igual que el transporte de carga, el colectivo confirmó un aumento en los gastos de combustibles desde el fin de semana, cuando la carretera se cerró por primera vez.
Con información de Diario El Mundo