Por revistaeyn.com
Es normal y esperado que un trabajo se anime a estar comprometido y ser productivo, pero desafortunadamente hay algunos lugares de trabajo que generan las condiciones perfectas para la productividad tóxica.
La productividad tóxica es “trabajar y necesitar ser productivo, incluso en detrimento de tu propia salud y bienestar”, según Jennifer Moss, oradora profesional y autora de “¿Por qué estamos aquí?: Creando una cultura laboral que todos quieren”.
Los empleadores y gerentes tienen la mano para alentar a los empleados a quedarse atrapados en un ciclo de exceso de trabajo y descuidar sus necesidades personales. Nada de esto es bueno para la moral o los objetivos de la empresa.
“Una de las cosas que comenzamos a ver es que después de que las personas trabajan tantas horas, en realidad están perdiendo productividad, por lo que están obteniendo menos ganancias”, dijo Moss.
SEÑALES DE PELIGRO
Estas son cuatro señales de que su lugar de trabajo está fomentando la productividad tóxica:
*Celebran a la gente por trabajar hasta tarde
*Los líderes responden y envían correos electrónicos los fines de semana o por la noche
*Almorzar en los escritorios es una práctica común entre los empleados
*Los ascensos se otorgan a personas que trabajan en exceso hasta el punto de agotarse
Para evitar crear un ambiente de trabajo que arroje una luz positiva sobre la productividad tóxica, los líderes del lugar de trabajo deben centrarse en ser buenos modelos para su equipo, dice Moss.
Deben “realmente enfatizar que el bienestar es parte de ser una persona de alto rendimiento en la organización, modelándolo ellos mismos”.
Una forma en que los líderes pueden mostrar buenos ejemplos de priorizar el bienestar es a través de “vacaciones ruidosas”, dice Moss. Las vacaciones ruidosas son cuando se anima a los empleados a utilizar su tiempo libre remunerado y a dedicar el tiempo a desconectarse del trabajo.
Puede ser útil para un lugar de trabajo aumentar también el tiempo que los empleados pueden comer juntos en la oficina y conectarse, añade.
“Come pizzas los viernes y todo el mundo pasa el rato, o muffins los lunes”, dice Moss. “Necesitamos crear rituales y oportunidades fortuitas” para que sea más fácil para los empleados conectarse entre sí.
Y los líderes que “recopilan datos” y preguntan a los empleados qué les funciona y qué no, pueden satisfacer mejor sus necesidades.
“Sugiero esta reunión una vez a la semana en la que le preguntes a la gente: ‘¿Qué te iluminó?’ ‘¿Qué te estresó esta semana?’ y ‘¿Qué podemos hacer el uno por el otro para facilitar el trabajo?’”.
Con información de CNBC
