Por revistaeyn.com
La popular frase “sé tú mismo” o “lleva tu verdadero yo al trabajo” puede sonar inspiradora, pero en realidad es un consejo mal interpretado, según el psicólogo Tomas Chamorro-Premuzic, profesor de psicología empresarial en la Universidad de Columbia. Aunque la intención detrás de ese mensaje es positiva, él sostiene que aplicarlo de manera literal puede causar más problemas que beneficios.
Chamorro-Premuzic explica que el lema busca animar a las personas —especialmente a quienes sienten que no encajan con la cultura dominante de una organización— a expresarse con libertad. “Es una invitación a mostrarse sin miedo”, afirma. Sin embargo, advierte que en el entorno laboral lo que realmente se valora es la conducta profesional, no las peculiaridades personales.
En su reciente libro Don’t Be Yourself: Why Authenticity Is Overrated (and What to Do Instead), el académico señala que quienes toman al pie de la letra la idea de “traer su yo completo al trabajo” pueden terminar en situaciones incómodas o incluso perjudiciales para su carrera. “Por más que una empresa promueva la autenticidad, hay partes de nosotros que conviene dejar en casa”, escribe.
El experto considera que la autenticidad es a menudo más un ideal teórico que una práctica real. “Decimos que la celebramos, pero en el fondo seguimos premiando la conformidad”, sostiene. En la mayoría de oficinas, adaptarse sigue siendo la regla, y la “autenticidad” solo se tolera si coincide con las normas culturales ya establecidas.
Así, quienes comparten opiniones o comportamientos alineados con la cultura corporativa pueden sentirse cómodos siendo abiertos, mientras que quienes se salen del molde corren el riesgo de aislarse o ser juzgados.
Chamorro-Premuzic advierte que los jóvenes profesionales son especialmente vulnerables a este tipo de mensajes, pues tienden a interpretar literalmente consejos como “sé tú mismo” incluso en contextos donde deben mostrar su mejor versión, como las entrevistas laborales. “Nadie consigue un empleo siendo totalmente auténtico”, subraya.
El psicólogo también recuerda que el “yo completo” incluye emociones y hábitos poco adecuados para el trabajo, como la pereza del lunes o los impulsos de frustración. Una oficina que fomente la autenticidad sin límites puede terminar tolerando comportamientos inapropiados, sobre todo entre líderes que confunden autenticidad con impunidad.
“Cuando la autenticidad pesa más que la responsabilidad, surgen abusos y actitudes antisociales”, advierte. En su opinión, el objetivo no debería ser “ser uno mismo”, sino actuar con respeto, empatía y autoconciencia. “Si fomentáramos más la consideración hacia los demás que la autenticidad sin filtro, el mundo laboral sería mucho mejor”, concluye.
Con información de CNBC