Por Norma Lezcano- Colaboró: José Hilario Gómez
Carreras emergentes y competencias emergentes son estrategias íntimamente ligadas a los cambios en el panorama laboral que impulsan la transformación digital, la automatización, la Inteligencia Artificial (IA) y las demandas sociales y ambientales del siglo XXI. Este enfoque redefine la oferta académica, alineándola con las competencias que las empresas y los individuos necesitan para prosperar en un contexto dinámico.
Según el WEF, algunas de las carreras que capacitarán a los roles más demandados en los próximos cinco años son: Especialistas en IA y Aprendizaje Automático, Especialistas en Sostenibilidad, Analistas de Seguridad de la Información e Ingeniería FinTech, entre otras.
Con diversos enfoques, modalidades y sinergias interdisciplinarias, las 22 universidades presentes en UNI TRENDS 2024 ofrecen carreras alineadas con estas tendencias. La mayoría, creadas en los últimos tres años.
Según los expertos, para dar respuesta a esta nueva realidad, las universidades deben convertirse en ecosistemas de aprendizaje flexibles, donde el estudiante pueda transitar entre disciplinas y adaptar su formación a las demandas del mercado.
Precisamente, por allí va el enfoque de la Universidad Tecnológica de Panamá (UTP): “El modelo educativo de la UTP (2023-2028) está basado en el protagonismo estudiantil y la flexibilidad curricular, lo que facilita la adaptación de los estudiantes a entornos VUCA (Volátil, Incierto, Complejo y Ambiguo), promoviendo resiliencia e innovación”, afirman desde el equipo que comanda la vicerrectora académica, doctora Ángela Laguna Caicedo.
Desde El Salvador, el doctor Oscar Picardo, director del Instituto de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Universidad Francisco Gavidia (UFG) aporta: “En cualquier carrera o programa, los estudiantes deben obtener habilidades tecnológicas básicas; ya en muchos programas humanísticos o sociales los estudiantes encontrarán contenidos de programación, Python, Canva o Power BI; pero –advierte– tampoco debemos obviar la necesidad de estudiar contenidos que integren el pensamiento crítico, lógica y otros contenidos relacionados con el bienestar humano”.
Las carreras emergentes demandan, a la par, habilidades emergentes de parte de los estudiantes, para que puedan llevar los conocimientos y su aplicación al máximo exponente.
El reto para las universidades es significativo, pues les exige hacer un cruce de hard skills y soft skills. Esto significa poner énfasis en la alfabetización en IA tanto como en el desarrollo de resiliencia y manejo del estrés; en capacitar para interpretar datos en tiempo real y usarlos para decisiones estratégicas y al mismo tiempo entrenar para imaginar nuevos productos, servicios o modelos de negocio adaptados a contextos disruptivos.
“La adecuación de los programas académicos a estas habilidades implica una transformación integral de la enseñanza: se debe fomentar el aprendizaje activo, el uso de tecnologías educativas, y la creación de espacios de aprendizaje que simulen escenarios laborales reales. De esta forma, los estudiantes adquieren las competencias necesarias para desenvolverse en un entorno laboral cambiante y demandante”, explican los expertos de la hondureña UTH.