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Claves para cuidar la salud digestiva sin dejar de disfrutar de las festividades

El aumento en el tamaño de las porciones, los horarios desordenados y un mayor consumo de bebidas alcohólicas suelen traducirse en molestias. Especialistas recomiendan planificar, moderar y escuchar al cuerpo para evitar trastornos digestivos.

2025-12-16

Por revistaeyn.com

Diciembre se convierte en una sucesión de convivios, banquetes familiares y compromisos sociales que giran, casi siempre, alrededor de la mesa. La temporada trae consigo sabores tradicionales y celebraciones esperadas, pero también pone a prueba al aparato digestivo.

El aumento en el tamaño de las porciones, las comidas copiosas, los horarios desordenados y un mayor consumo de bebidas alcohólicas suelen traducirse en molestias que opacan el disfrute de las fiestas.

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De acuerdo con especialistas, no es casual que durante este mes se incrementen las consultas por problemas estomacales. Ardor, inflamación abdominal, náuseas y sensación de pesadez son algunos de los síntomas más comunes. Marlon Rojas, gastroenterólogo de la Clínica Equilibrium, señala que en estas fechas se repite un patrón claro en la mayoría de pacientes.

“Diciembre combina varios factores de riesgo: alimentos más pesados, estrés acumulado y cambios en la rutina. Todo eso favorece la aparición o el empeoramiento de trastornos digestivos como el reflujo, la gastritis y la colitis”, explica.

El reflujo gastroesofágico suele intensificarse con platillos ricos en grasa, frituras, postres con chocolate y bebidas alcohólicas o gaseosas. Estos productos alteran el funcionamiento del esfínter que separa el estómago del esófago, facilitando el paso del ácido gástrico hacia arriba y provocando la clásica sensación de quemazón en el pecho o la garganta.

El error más común

En el caso de la gastritis, la inflamación del revestimiento del estómago puede agravarse por el abuso de alcohol, el exceso de salsas, condimentos fuertes o alimentos muy ácidos, así como por periodos prolongados de tensión emocional. El resultado suele ser dolor abdominal, digestiones lentas y una sensación persistente de llenura.

La colitis, que incluye tanto formas inflamatorias como funcionales —entre ellas el síndrome de intestino irritable—, también se hace más frecuente en estas semanas. Distensión abdominal, gases, diarrea o dolor pueden aparecer cuando se alteran los horarios de comida, se incrementa el consumo de azúcares y carbohidratos refinados o se descuida la ingesta de fibra.

“El error más común es pensar que hay que privarse de todo para evitar molestias. En realidad, el problema está en los excesos repetidos durante varios días”, apunta el doctor Rojas. En su experiencia, muchos pacientes acuden a consulta después de las celebraciones con cuadros digestivos exacerbados por hábitos desordenados acumulados.

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Para reducir el riesgo de indigestión o dispepsia, los expertos recomiendan mantener cierta disciplina incluso en medio de las fiestas: no saltarse comidas para luego comer de más, optar por porciones moderadas, alternar platillos tradicionales con opciones más ligeras, masticar con calma y limitar el consumo de alcohol, acompañándolo siempre de suficiente hidratación.

Asimismo, el estrés propio del cierre de año puede amplificar los síntomas gastrointestinales, por lo que descansar adecuadamente y buscar momentos de relajación resulta clave.

El especialista subraya que, si las molestias se vuelven persistentes o intensas, lo más prudente es acudir a una evaluación médica y no normalizar el malestar como parte inevitable de la temporada.

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