Por Gabriela Melara – estrategiaynegocios.net
“El costo de la vida sube otra vez...” es uno de los estribillos de una popular canción del dominicano Juan Luis Guerra que cada vez que sube el precio de productos o servicios resuena a la mente de los consumidores.
El panorama por el incremento del valor de los productos en el mundo no es alentador y regiones como la centroamericana tienen poco margen de maniobra.
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El Banco Mundial y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) alertan sobre el desgaste que esto significa para los bolsillos de la población y de los riesgos para las personas más vulnerables.
Los multilaterales advierten que las economías centroamericanas seguirán afectadas por los impactos derivados de la invasión rusa en Ucrania, la todavía vigente crisis de la cadena logística y del alto costo de los fletes, factores que desembocan en aumentos de precios de materias primas, petróleo y derivados de uso cotidiano, como el plástico.
Los efectos, lejos de ser un augurio lejano, son una realidad que golpea a casi todos los productos de la canasta básica, lo que implica una mayor inversión para comprar la misma cantidad de alimentos, por ejemplo.
En Guatemala, el Instituto Nacional de Estadística (INE) indica que el costo de la canasta básica se sitúa en US$420.17 (la más alta de Centroamérica) y registra un aumento interanual de 8,07%.
Porcentualmente quienes tienen que desembolsar más fondos para sus gastos diarios son los hondureños, donde el precio de la canasta básica subió 9,09% y llegó, en valor en efectivo, a los US$343.68.
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Los gobiernos de la región han adoptado algunas medidas para paliar la situación, como subsidiar el precio de los combustibles y aumentar la vigilancia.
En El Salvador, la Defensoría del Consumidor inició la verificación de precios en supermercados, tiendas mayoristas y agroservicios, con el fin de evitar la especulación.
La Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades) estimó que para el fin de año los subsidios son ya una gran carga para las debilitadas arcas estatales y de mantenerse más tiempo podrían alcanzar los US$207 millones.
¿Qué esperar en los próximos meses?
Tanques de pensamiento y multilaterales no son optimistas sobre una baja de precios en el corto plazo. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) indica que en el sector de alimentos, las grasas animales y los aceites vegetales son los productos que más contribuyen al aumento de valor, seguidos de cerca por el de los cereales.
“En vista del aumento de los precios de los insumos, las preocupaciones suscitadas por las condiciones atmosféricas y el incremento de la incertidumbre del mercado como consecuencia de la guerra de Ucrania, las últimas previsiones de la FAO apuntan a la probabilidad de que se contraigan los mercados alimentarios y de que los costos de las importaciones de alimentos alcancen un nuevo récord”, dijo Upali Galketi Aratchilage, economista de la organización y editor principal del informe Perspectivas Alimentarias de la entidad.
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Centroamérica soporta la carga de los altos precios de los alimentos y combustibles.
Para mayo de 2022, los países del istmo subieron -en un mes- más de un punto porcentual su perspectiva.
Según datos recogidos por los bancos centrales de la región Nicaragua reportó una inflación de 9,95%, mientras que en Honduras llegó 9,09%, en Costa Rica a 8,71%, en El Salvador a 7,48%, Guatemala a 5,82% y Panamá (hasta abril 2022) reportaba 3,65%.
Más personas vulnerablesLos datos de la Cepal destacan que Panamá es el país con una menor tasa de personas en pobreza. El país cerró 2021 con un 21,6% y aún con las presiones inflacionarias se espera que cierre el año con 21,2%.
El escenario es menos alentador para el resto de los países del istmo. El índice de pobreza de Costa Rica se situaba el año pasado en 21,1% y se proyectaba con 21,2%, con el escenario actualizado aumenta a 22,3%.
En El Salvador, por su parte, se espera que la tasa de pobreza suba a 27,4%; en Nicaragua a 46,8%; en Guatemala a 50,5% y en Honduras alcance el 57,3%.
Pagan más por menos alimentos
Según la FAO, el costo mundial de las importaciones de alimentos va camino de alcanzar un nuevo récord y la mayor parte del aumento previsto corresponde a la subida de los precios y los costos del transporte y no al aumento de los volúmenes.
“Es preocupante que muchos países vulnerables paguen más, pero reciban menos alimentos”, señala la FAO en la última edición del informe Perspectivas Alimentarias.
El organismo prevé que el costo mundial de las importaciones de alimentos aumente en US$51.000 millones con respecto a 2021, de los cuales US$49.000 millones reflejarán unos precios más elevados.
Ante la situación, la FAO propuso crear un Fondo de Financiación de las Importaciones de Alimentos con objeto de prestar apoyo a la balanza de pagos de los países de ingresos bajos que dependen en mayor medida de las importaciones de alimentos como estrategia para salvaguardar su seguridad alimentaria.
En el informe, que se publica dos veces al año, se ofrecen los exámenes de la FAO sobre las tendencias de la oferta y la demanda en los mercados de los principales productos alimenticios del mundo, como los cereales, los cultivos oleaginosos, el azúcar, la carne y los productos lácteos, y el pescado.
También se examinan las tendencias de los mercados a término y los costos de transporte de los productos básicos alimenticios.
La nueva edición también contiene dos capítulos especiales que examinan la función del aumento de los precios de los insumos agrícolas, tales como combustibles y fertilizantes, y los riesgos que plantea la guerra de Ucrania para los mercados mundiales de productos alimenticios.