Por revistaeyn.com
Centroamérica y República Dominicana están inmersos en una profunda transición demográfica, con implicaciones decisivas para sus posibilidades de desarrollo humano sostenible futuro, confirma el Informe Estado de la Región del Programa Estado de la Nación.
A medida que aumenta la esperanza de vida y disminuyen las tasas de fecundidad, crece rápidamente la proporción de personas adultas mayores, lo que transforma las necesidades sociales, económicas y de salud de la región.
Entre 1994 y 2020, la proporción de personas mayores de 60 años casi se duplicó (del 5 % al 9 %) y se espera que alcance el 25 % en 2050, lo que representa un incremento de 5,5 a 14,5 millones de personas.
Costa Rica lidera este cambio demográfico: en 2020, el 15 % de su población tenía más de 60 años, superando el promedio latinoamericano (13 %) y duplicando la proporción de países como Honduras, Guatemala o Belice. Para mediados de siglo, se estima que una tercera parte de la población costarricense será adulta mayor.
ESPERANZA DE VIDA
Uno de los principales motores de esta transformación es el aumento sostenido en la esperanza de vida. En 2025, Costa Rica y Panamá alcanzan entre 80 y 81 años, mientras que en países como El Salvador y Guatemala el promedio se sitúa entre 72 y 74 años. En Nicaragua es de 75 años. El informe destaca también la persistente brecha de género: las mujeres viven, en promedio, 5,8 años más que los hombres, y en El Salvador esta diferencia llega a 8,7 años (76,7 vs. 68 años), aumentando su vulnerabilidad si no se implementan políticas diferenciadas para hombres y mujeres.
El documento advierte que en 2023, la mayor parte de los países de la región invirtieron menos de US$100 anuales por persona en salud, una cifra incompatible con el aumento de enfermedades crónicas y la demanda de cuidados prolongados.
Más del 75 % de las personas adultas mayores en cinco de los siete países para los que existe información, reciben pensiones insuficientes, con menor acceso y beneficios más bajos para las mujeres. Solo Costa Rica y Panamá superan el 50 % de cobertura.
En Guatemala el 38 % y Honduras el 62 % de los hogares con adultos mayores están en situación de pobreza.
Además, el informe advierte que, para enfrentar el envejecimiento es fundamental mejorar los bajos niveles de productividad laboral que tienen actualmente los países. De ello dependerán las posibilidades de crecimiento económico futuro porque la población en entre 15 y 64 años será cada vez menor. Uno de los factores que limita la posibilidad de mejorar este indicador es el bajo nivel educativo de la población económicamente activa y las bajas coberturas educativas que actualmente tienen los países.
Frente a este escenario, el informe llama a implementar políticas públicas integrales, con visión de largo plazo: reformas en salud y pensiones, políticas de género y cuidado, mejora en la cobertura y calidad de la educación, fortalecer los sistemas de educación y formación técnica profesional, impulsar la modernización productiva y emprendimientos de alto valor agregado y acciones para garantizar el bienestar de la población que envejece (cuido, salud, entretenimiento).