Por revistaeyn.com
La economía mundial llega a la segunda mitad de 2025 con señales de desaceleración, pero sin una recesión en el horizonte inmediato. En Estados Unidos, el crecimiento real del Producto Interno Bruto (PIB) se contrajo en el primer trimestre debido, en buena medida, a un incremento excepcional de las importaciones por anticiparse a posibles aranceles.
No obstante, la estimación de seguimiento para el segundo trimestre apunta a una recuperación moderada, lo que dejaría un crecimiento intertrimestral muy contenido en la primera mitad del año, señala un reporte de S&P Global Market Intelligence.
Aunque el entorno de endurecimiento monetario previo, la fortaleza del dólar y las mayores tensiones comerciales pesaron sobre la actividad, el escenario base de S&P Global sigue descartando una recesión, pese al repunte de la especulación sobre una caída más profunda.
"Los mercados emergentes muestran trayectorias diversas. En China continental, la resistencia del crecimiento ha superado expectativas, lo que llevó a elevar las previsiones de crecimiento del PIB real para 2025 del 4,3 % al 4,5 % y, para 2026, del 3,9 % al 4,0 %. Sin embargo, se anticipa una moderación en la segunda mitad del año por el endurecimiento de aranceles y la retirada de estímulos fiscales previos", indica el reporte de S&P Global Market Intelligence.
Brasil y Rusia, por su parte, han registrado signos de debilidad: en Brasil, los indicadores de alta frecuencia y los índices PMI apuntan a una contracción del PIB en el segundo trimestre; en Rusia, el índice de actividad económica creció solo un 0,7 % interanual en mayo, muy por debajo del máximo del 3,1 % registrado en enero.
En materia de inflación, las tasas de IPC han retrocedido desde sus picos pandémicos, pero con marcadas divergencias: EE. UU. comienza a mostrar presiones al alza en categorías subyacentes, reflejadas en los datos de junio y en los índices de precios de los PMI; Europa occidental prosigue una desinflación reforzada por una moneda fuerte; China continental prolonga procesos deflacionarios por desajustes oferta‑demanda.
S&P Global Market Intelligence apunta que los bancos centrales han seguido caminos distintos: la Fed ha detenido su ciclo de recortes hasta nuevos indicios de inflación, con una primera reducción prevista para diciembre de 2025; el BCE ya ha recortado la mitad de sus tipos máximos y parece concluir su ciclo.
El real efectivo del dólar se ha depreciado más de un 6 % desde enero, aun cuando se esperaban efectos contrarios por nuevos aranceles y diferenciales de tipos, y su tendencia a la baja debería continuar, aunque de forma más atenuada.