Por Alejandra Ordóñez - Estrategia & Negocios
Alejandra Paiz Beneitez lleva el liderazgo y la empresarialidad en las venas. Crecer viendo cómo sus padres -Carlos Paiz y Connie Beneitez de Paiz- han dirigido y hecho crecer el negocio que fundaron sus abuelos maternos hace más de seis décadas, ha marcado su vida y le ha hecho tener la convicción de que uno es tan grande como sus sueños y objetivos.
Su formación académica, que incluye estudios en Ingeniería Industrial en Purdue University y un MBA en el IE Business School, le dio la oportunidad de abrir su mente a nuevos experiencias y puntos de vista. Luego de sus primeras experiencias laborales, en la Asociación Guatemalteca de Exportadores (AGEXPORT) y en el Consejo Privado de Competitividad (CPC), llegó la oportunidad de unirse al equipo de Panifresh, con la meta de continuar con el legado de sus padres.
Su inicio en Panifresh fue como gerente de la planta de Costa Rica, donde lideró el arranque de las operaciones de la compañía en aquel país.
“Fue muy enriquecedor iniciar un proyecto en el que pude conocer los procesos desde cero. Me fui ganando mi lugar dentro del equipo y con ellos descubrí mi pasión”, explica. Luego, aceptó el reto de convertirse en la Coordinadora de Operaciones de Centroamérica y Panamá, y hoy es la Gerente Regional de Operaciones.
Para Alejandra, la visión y liderazgo que caracteriza a la familia Paiz Beneitez es clave en el éxito de la empresa y parte vital de su crecimiento profesional. Sin embargo, al incorporarse al equipo de Panifresh descubrió que trabajar en una empresa familiar no es algo sencillo.
“Al inicio fue un desafío, pero logramos cada uno tener claro su rol, nos respetamos como profesionales y eso ha permitido que cada uno cumpla con éxito sus responsabilidades”, puntualiza.
La Gerente Regional de Operaciones asegura estar muy satisfecha de pertenecer a una empresa en la que la brecha entre hombre y mujeres no existe. En Panifresh ambos géneros destacan por su trabajo, liderazgo y efectividad.
“No hay ninguna diferencia entre los dos y esto viene desde las raíces del negocio, con mis abuelos, se ha mantenido con mis papás, y continuará con mi generación”, señala.
Gracias a esa visión de igualdad que vivió en el seno de su familia, Alejandra trabaja con la convicción de que no debe sentirse nunca menos por ser mujer, ya que cada persona tiene sus capacidades y potencial, y esto no está relacionado con el género.
“Mi mamá es un claro ejemplo de esto; ella es la primera mujer en ser presidenta de AGEXPORT y su éxito ha sido un claro reflejo de sus capacidades”, concluye.