Por Leonel Ibarra - revistaeyn.com
Aunque el presupuesto general de El Salvador para 2026 promete equilibrio fiscal, presenta un déficit estructural de US$445,5 millones (1,2 % del producto interno bruto estimado) una vez excluidos los ingresos financieros, según un reporte de Grupo EMFI.
El reporte mantiene la proyección de déficit fiscal de -0,3 % del PIB para 2025 y estima un déficit de -1,3 % del PIB en 2026, impulsado por el aumento del gasto en salarios, consumo e inversión pública.
Desde mediados de 2024, la política fiscal de El Salvador ha avanzado hacia la consolidación tras el anuncio de una meta de "déficit cero" para 2025. Con el apoyo de un Servicio Ampliado del Fondo Monetario Internacional (SAF) de US$1.400 millones, la administración del presidente Nayib Bukele ha implementado una estrategia de ajuste fiscal centrada en la reducción de los gastos corrientes, el fortalecimiento de las instituciones y la reconstrucción de los amortiguadores externos.
En octubre de 2025, el gobierno presentó su proyecto de presupuesto para 2026, reafirmando la promesa de "déficit cero". El borrador presentó ingresos y gastos aparentemente equilibrados de US$10,600 millones (27,6 % del PIB estimado), pero la reorganización de las cifras presupuestarias de acuerdo con el Manual de Estadísticas de Finanzas Públicas 2014 del FMI (GFMS 2014) muestra un déficit subyacente cuando se mueven los préstamos y los reembolsos de la deuda por debajo de la línea. Bajo esta definición, encontraron que el presupuesto implica un superávit primario de US$1.100 millones (3 % del PIB) y un déficit global de US$445.5 millones (1,2 % del PIB).
El proyecto de presupuesto también propuso un fuerte aumento de los gastos de capital, especialmente de infraestructura, gracias a la ejecución de grandes proyectos estratégicos como la reconstrucción de mercados municipales y grandes obras viales.
"El presupuesto continúa excluyendo los gastos relacionados con las pensiones, luego de la modificación de 2022 que eliminó al Instituto Salvadoreño de Pensiones (ISP) de los informes fiscales. Una de las recomendaciones clave del FMI es que el gobierno realice una transición completa al marco del GFMS 2014", apunta EMFI.
Además, existe una gran incertidumbre en cuanto a la reforma del sistema de pensiones. Una auditoría actuarial solicitada por el FMI, que forma parte de una reforma integral programada para febrero de 2026, debía realizarse a fines de septiembre, pero aún no se ha entregado.
MAYOR RECAUDACIÓN TRIBUTARIA
El reporte indica que la ejecución fiscal acumulada entre enero y agosto de 2025 "muestra un desempeño positivo". Los ingresos del gobierno central aumentaron un 8,2% interanual, alcanzando los US$5.800 millones (15,6 % del PIB), gracias a una recuperación en la recaudación de impuestos (8,1 % comparado al año pasado), así como mejoras en los ingresos de capital (35,1 %) y contribuciones especiales (21,6 %).
Por el lado del gasto, hubo un aumento marginal del 0,4 % interanual hasta los US$5.200 millones de dólares (13,9% del PIB), con una expansión significativa del gasto de capital (46,9 % interanual), compensada por una reducción del consumo (-4,2 % interanual) y de las transferencias corrientes (-11,0 % interanual).
"A pesar de este resultado positivo, mantenemos nuestra proyección de fin de año de un déficit fiscal moderado de 0,3 % del PIB y un superávit primario de 3,4 % del PIB debido a factores estacionales relacionados con un mayor gasto durante el último trimestre del año. El presupuesto modificado elevó los gastos proyectados de US$8,400 millones (22,4 % del PIB) a US$8,600 millones (22,9 % del PIB), mientras que las estimaciones de ingresos se mantuvieron sin cambios, lo que movió el déficit fiscal de -0,3 % del PIB, totalmente en línea con nuestra proyección", apuntan.
Para 2026, los ingresos se estiman en US$9,200 millones (24,0 % del PIB estimado). Para lograr este aumento, más de 1 p. p. del PIB en comparación con 2025, el gobierno planea impulsar el cumplimiento tributario, ampliar el registro de contribuyentes y mejorar la eficiencia de la recaudación, en lugar de introducir nuevos impuestos o aumentar los aranceles.
Mientras tanto, se espera que los gastos alcancen los US$9,600 millones (25,2 % del PIB estimado), lo que resultará en un déficit fiscal de US$445,5 millones (-1,2 % del PIB). Aunque el gobierno ha reiterado su objetivo de mantener el equilibrio fiscal, el presupuesto refleja una postura expansiva, impulsada principalmente por mayores desembolsos de capital (US$2.200 millones) y un mayor gasto de consumo (US$3.200 millones).
"Con base en esta trayectoria, proyectamos un déficit de 1,3 % del PIB y un superávit primario de 2,8 % del PIB para 2026. La inversión en infraestructura, particularmente en los mercados municipales y los grandes proyectos viales, según lo anunciado por el gobierno, y el aumento proyectado en el gasto corriente ponen en duda la sostenibilidad de la consolidación fiscal, especialmente si no se implementan nuevas medidas tributarias o reformas estructurales", apunta EMFI.