Por revistaeyn.com
La economía nicaragüense mostró un desempeño más sólido durante el tercer trimestre de 2025, reflejando un repunte significativo en su ritmo de crecimiento, de acuerdo con los datos más recientes divulgados por el Banco Central de Nicaragua (BCN).
En ese período, el Producto Interno Bruto (PIB) trimestral registró una expansión interanual de 6,8 %, superando el 5 % observado en el trimestre previo y confirmando una aceleración de la actividad productiva en el país.
Con este resultado, el crecimiento acumulado de la economía entre enero y septiembre se situó en 4,9 %, mientras que la variación promedio anual alcanzó 4,5 %, según las estimaciones preliminares del PIB trimestral en su serie original. Estos indicadores sugieren un entorno económico más dinámico, apoyado tanto por factores internos como por la evolución positiva de varios sectores clave, reporta el BCN.
Al analizar los datos ajustados por estacionalidad, el PIB trimestral de Nicaragua mostró un avance de 1,5 % respecto al trimestre anterior, lo que indica una mejora sostenida más allá de los efectos propios del calendario. En la medición de tendencia-ciclo, el crecimiento fue de 1,3 % en comparación con el trimestre inmediato anterior, con una tasa interanual de 6,1 % y un promedio anual de 4 %.
Desde la óptica de la producción, el desempeño económico estuvo impulsado principalmente por actividades como la construcción, que destacó con un fuerte crecimiento, así como la explotación de minas y canteras, el comercio, los hoteles y restaurantes, la actividad pecuaria, los servicios de agua, el transporte y las comunicaciones, además de la industria manufacturera.
Este avance fue parcialmente contrarrestado por retrocesos en sectores como la administración pública, la pesca y acuicultura, la silvicultura y la agricultura, que enfrentaron menores niveles de actividad.
El análisis por el lado del gasto revela que el motor central del crecimiento de Nicaragua fue la demanda interna. El aumento del consumo y de la inversión aportó de manera decisiva al resultado global del PIB. En contraste, la demanda externa neta tuvo un efecto negativo, ya que el incremento de las importaciones superó el aporte de las exportaciones, restando impulso al crecimiento total.
En términos nominales, el PIB trimestral a precios corrientes mostró un incremento interanual de 12,3 % durante el tercer trimestre de 2025, mientras que el crecimiento promedio anual en esta medición alcanzó 10,2 %. Este comportamiento refleja no solo un mayor volumen de producción, sino también la incidencia de precios en la evolución de la economía.