Por revistaeyn.com
La misión del Fondo Monetario Internacional (FMI) culminó una visita a Nicaragua realizada entre el 3 y el 14 de noviembre como parte de la Consulta del Artículo IV correspondiente a 2025. El informe preliminar traza un panorama de estabilidad macroeconómica, acompañado de importantes desafíos en el mediano plazo.
Según el FMI, la economía nicaragüense "ha mostrado una notable fortaleza" pese a un entorno internacional caracterizado por tensiones comerciales, desaceleración global y restricciones migratorias en Estados Unidos. En el primer semestre de 2025, el Producto Interno Bruto (PIB) real creció 3,9 %, apoyado principalmente por un repunte de las exportaciones y un incremento significativo en las remesas.
La combinación de exportaciones dinámicas y remesas sólidas sostuvo "un amplio superávit en cuenta corriente" y permitió que las reservas internacionales alcanzaran los US$7.500 millones en septiembre, equivalentes a 7,9 meses de importaciones.
"La inflación se mantiene contenida y el sector financiero muestra indicadores saludables, incluyendo una adecuada capitalización y bajos niveles de mora. La política fiscal, por su parte, continúa estable, respaldada por significativos depósitos del gobierno", indica el reporte.
Sin embargo, la misión proyecta "una leve moderación del crecimiento para los próximos años". Para 2026, el FMI anticipa un avance del PIB real de 3,4 %, por debajo del 3,8 % estimado para 2025. La reducción estaría vinculada a una posible caída en las remesas y las exportaciones, debido al aumento de aranceles estadounidenses —que se sitúan actualmente en 18 %— y al posible fin de programas migratorios como el parole humanitario y el Estatus de Protección Temporal (TPS) para ciudadanos nicaragüenses.
"Los riesgos que enfrenta Nicaragua son importantes y están inclinados a la baja", señala. Una desaceleración global más pronunciada, choques climáticos, un deterioro en los términos de intercambio o la imposición de sanciones más estrictas figuran entre los principales factores de vulnerabilidad.
En materia fiscal, la misión respalda el proyecto de presupuesto 2026, que apunta a un superávit de 1.5 % del PIB, aunque inferior al 2.2 % previsto para 2025. El FMI recomienda mantener la prudencia ante la limitada disponibilidad de financiamiento externo y los desequilibrios del sistema de pensiones. También sugiere fortalecer la recaudación y mejorar la eficiencia del gasto, especialmente en las transferencias a empresas estatales.
El organismo también valora las reformas al marco jurídico financiero aprobadas en 2025, que elevan los requerimientos de capital, fortalecen la supervisión macroprudencial y actualizan el seguro de depósitos.
No obstante, insta a avanzar en la preparación de escenarios de crisis y en la operativización de los colchones de capital anticíclicos.
Finalmente, la misión subraya que, para alcanzar un crecimiento más robusto en el mediano plazo, Nicaragua deberá impulsar la inversión en infraestructura, mejorar el capital humano, diversificar sus exportaciones y avanzar en temas clave como la transparencia, la gobernanza económica y el estado de derecho.