Empresas & Management

¿Cómo gestionar de mejor manera los despidos dentro de las empresas?

Hay maneras de gestionar todo. Las empresas no deben ser como Tesla que hizo despidos masivos, en 2024, anunciados mediante un correo electrónico, un domingo por la noche que revocaba el acceso al sistema inmediatamente. Siempre piense en la gente.

2025-08-26

Por revistaeyn.com

Cuantos no han recibido un despido "debido a una reestructuración" o "por falta de ingresos", ¿No les parece chocante?... pero pasa.

Sin duda alguna, hay mejor manera de gestionar los despidos, de preparar a la gente y de hacerlos de una manera "más humana"

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Un artículo de Fast Company México desarrolla una serie de aspectos que se deben tomar cuenta para gestionar los despidos con compasión

1. Minimizar la incertidumbre

Los empleados necesitan una comunicación honesta y constante. Nadie puede trabajar eficientemente sin tener información, y la incertidumbre genera ansiedad, rumores y desconexión. Los ejecutivos deben hablar siempre de manera transparente.

2. Comunicarse una y otra vez

En muchas empresas, los cambios estratégicos se discuten solo en la cúpula directiva, sin que se reflejen en la jerarquía. Esto genera confusión en los empleados, quienes se sienten sorprendidos cuando se produce el cambio.

Una encuesta realizada en 2024 por PwC reveló que más de la mitad de los empleados perciben que se producen demasiados cambios simultáneamente en el trabajo, y 44% no comprende por qué se producen.

La transparencia, incluso cuando implica dar malas noticias, es mejor que el silencio. La confianza no se construye fingiendo que todo está bien, sino comunicándose con honestidad y desde el principio.

3. Hacer que los jefes rindan cuentas de los despidos

Y cuántas veces el jefe no está cuando hay despidos... A menudo parece que se culpa a RH por dar malas noticias. Pero los despidos son decisiones de negocio, no de RH Entonces, ¿dónde están los jefes? Los managers deben participar activamente en las decisiones de contratación y ser responsables de cómo se comunican. Ellos conocen mejor a sus equipos. Deben estar capacitados y capacitados para liderar en estos momentos, no para esconderse tras RH.

4. Invertir en habilidades, incluso en tiempos de incertidumbre

Irónicamente, las empresas tienden a recortar los presupuestos de formación y desarrollo cuando más los necesitan: durante las transformaciones. Pero invertir en el desarrollo de los empleados en tiempos de cambio genera confianza y demuestra un compromiso a largo plazo. Incluso si los puestos cambian —o desaparecen—, las habilidades se mantienen.

La encuesta de PwC muestra que los trabajadores desean mejorar sus habilidades y muchos están abiertos a usar herramientas como la Inteligencia Artificial generativa para trabajar de forma más inteligente.

5. Abordar el estrés de los empleados de forma proactiva

Los esfuerzos de reestructuración y transformación generan consecuencias emocionales. Si no se aborda, este estrés se convierte en agotamiento, rotación de personal y daño reputacional a largo plazo. Los líderes deben crear espacios seguros donde los empleados puedan hablar abiertamente sin temor a consecuencias negativas.

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La escucha activa y la retroalimentación deben ser auténticas. En Netflix, por ejemplo, la cultura de “Las personas por encima de los procesos” implica que se fomenta la retroalimentación constructiva diaria y se actúa en consecuencia. Esto solo funciona cuando el liderazgo es visible, receptivo y verdaderamente comprometido.

6. Desarrollar la resiliencia

La resiliencia no se trata de “superar con fuerza”, sino de brindar a las personas herramientas para adaptarse. Esto implica ayudar a los managers a liderar el cambio y dotar a los equipos de agilidad emocional, seguridad psicológica y la capacidad de prosperar en la ambigüedad.

7. Apoyar también a los que se quedan tras los despidos

Los empleados que se quedan se encuentran con una mezcla de alivio, culpa y miedo. Y se preguntan constantemente: “¿Soy el siguiente? ¿Qué está pasando realmente? ¿Puedo confiar en lo que oigo?”. Normalmente, lo que queda es una plantilla estresada, un sentimiento de lealtad cada vez más débil y una cultura del miedo.

Para evitar esto, las empresas deben abordar el impacto emocional de quienes se quedan. Los líderes deben comunicarse en exceso, establecer expectativas claras y ofrecer honestidad y tranquilidad. Informa a las personas que existe un plan y cómo encajan en él.

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