Por Alejandra Ordóñez - Estrategia & Negocios (Guatemala)
Ella se define como “banquera central de corazón”. Es que el recorrido profesional de María Antonieta del Cid inició en el Banco Central de Guatemala (Banguat), clasificando billetes en el área de Tesorería, justo al terminar la educación media.
Formarse en Economía en la Universidad de San Carlos y alcanzar una maestría en Economía, en EEUU, significó para su talento una palanca de desarrollo exponencial. De regreso al país, se reintegró al Banguat para ocupar diferentes posiciones hasta llegar a ser su primera presidenta —y hasta ahora única en dicho cargo—. En 2004, aceptó el reto de ser ministra de Finanzas Públicas, sin pertenecer a ningún partido político. Desde 2020, es decana de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Rafael Landívar y además se integró al Consejo de Administración de Bam.
Del Cid afirma que su carrera ha sido un recorrido “exigente, pero profundamente gratificante”. “Creo firmemente que con preparación, perseverancia y confianza en uno mismo, es posible abrir camino y aportar de forma significativa al desarrollo del país y de la región”, destaca, una convicción que la llevó, también, a ser representante para Centroamérica en los directorios del BID y FMI.
Hoy, su visión sobre el sistema financiero de Guatemala es de un optimismo realista. Sostiene que evolucionó en términos de inclusión, especialmente con las fintech y la adopción de herramientas digitales por parte de la banca tradicional. La bancarización pasó de menos de 40 % a 65 %, pero reconoce que queda mucho por hacer, porque solo 16 % de la población adulta posee préstamo.
Del Cid basa sus valores de liderazgo en la honestidad, la integridad, la responsabilidad y, sobre todo, “un profundo compromiso con el servicio público. “No solo marcan una forma de liderar, también generan confianza”, afirma sobre lo que reafirma como una clave para su desarrollo profesional.
En su historia “El mayor reto fue vencer estereotipos y demostrar que el liderazgo femenino es igualmente técnico, firme y visionario. Sigo creyendo que el mérito debe ser el criterio principal, y trabajo siempre para que así sea”, concluye Del Cid de Bonilla