Por revistaeyn.com
El Directorio Ejecutivo del Banco Mundial aprobó un proyecto destinado a fortalecer la resiliencia del país frente a desastres por amenazas naturales y eventos climáticos extremos.
Esta operación por un monto de US$430 millones, con una Opción de Desembolso Diferido ante Catástrofes (Cat DDO), busca mejorar la capacidad institucional para gestionar riesgos y proteger a los grupos más vulnerables y sus medios de vida, incluyendo mujeres jefas de hogar, pueblos indígenas, personas con discapacidad y comunidades en asentamientos informales.
Las acciones se enfocarán en zonas altamente expuestas a desastres, como el Corredor Seco, Petén y municipios urbanos periféricos donde la combinación de riesgos geográficos y niveles de pobreza aumenta la vulnerabilidad de las personas.
Este Préstamo de Políticas de Desarrollo permitirá al gobierno movilizar recursos rápidamente tras eventos extremos como huracanes, terremotos o erupciones volcánicas, mitigando impactos fiscales y facilitando la recuperación.
La operación contempla dos áreas. La primera busca fortalecer la capacidad institucional para gestionar el riesgo de desastres, mediante políticas públicas y la creación de mecanismos financieros que ofrezcan mayor protección a los hogares vulnerables.
La segunda integra la resiliencia en sectores como la agricultura, el transporte y la vivienda para que la infraestructura crítica y los servicios básicos estén mejor preparados ante eventos extremos. Se espera, por ejemplo, que las entidades públicas incorporen la gestión del riesgo en su planificación y presupuesto, y se amplíe el sistema de protección social para apoyar a los hogares más afectados por pérdidas repentinas de ingresos.
“Esta operación fortalece la capacidad del Estado para responder con agilidad ante emergencias, proteger la estabilidad fiscal y asegurar que las políticas públicas lleguen a quienes más lo necesitan. Con este proyecto, reafirmamos nuestro compromiso de construir un país más seguro, equitativo y preparado, donde las instituciones puedan actuar con eficacia frente a los riesgos que afectan el bienestar de las familias guatemaltecas”, indicó Jonathan Menkos, Ministro de Finanzas Públicas.
“Este proyecto es fundamental porque fortalece la capacidad de Guatemala para responder de manera ágil y efectiva ante desastres y eventos climáticos externos, reduciendo el impacto para todas las familias guatemaltecas, en especial quienes viven en mayores condiciones de pobreza. Esto permitirá al país contar con un respaldo económico que además le apoye a garantizar los servicios básicos a la población más afectada”, indicó Pierre Graftieaux, Representante Residente del Banco Mundial en Guatemala.
En la actualidad, Guatemala es uno de los países más expuestos a desastres en el mundo: más del 80 % de su PIB se genera en zonas de riesgo y casi la mitad de la población vive en pobreza, y los desastres agravan las desigualdades existentes, afectando de manera desproporcionada a mujeres, niños, personas con discapacidad y comunidades indígenas.
Entre 1997 y 2014, el 35 % de los hogares más pobres sufrió impactos relacionados con desastres, lo que refleja la urgencia de continuar reforzando la resiliencia nacional.