Por José A. Barrera - Estrategia & Negocios
Uno de los grandes pilares de la actividad económica de Centroamérica es el sector de servicios, el cual incluye a un crisol de actividades tradicionales como el transporte, la hotelería o el turismo, y de otras más sofisticadas como los servicios empresariales, financieros, telecomunicaciones, salud y educación, así como los de nueva generación, entre ellos, los de ciberseguridad.
El avance de este rubro es importante. En Guatemala, por ejemplo, el sector ya se consolida como el segundo mayor generador de divisas, mientras que en Costa Rica y Panamá brilla cada vez más por la importancia de los servicios empresariales y de nueva generación.
Según un análisis de la Unidad de Comercio Internacional e Industria de la Sede Subregional de la CEPAL en México, el sector servicios cuenta con un importante potencial en la región centroamericana, pero enfrenta importantes retos.
“El comercio de servicios en Centroamérica registró una tasa de crecimiento promedio anual del 8,2 % entre 2005 y 2023, superior a la del comercio mundial de servicios, que se situó en 6,2 % durante el mismo período”, destaca la fuente ante consultas de Estrategia & Negocios.
La Cepal toma como referencia datos de la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD) para medir al sector.
UN RUBRO DE ALTO POTENCIAL
De acuerdo con el análisis de la CEPAL, diversos segmentos del sector tienen un potencial significativo para impulsar el crecimiento económico y la generación de empleo en los países de Centroamérica.
Entre los segmentos destacan los servicios modernos (que comprenden actividades como las telecomunicaciones, servicios informáticos, financieros, de seguros y pensiones; también los vinculados a la propiedad intelectual y los servicios empresariales en general), además del turismo, el transporte y la logística. La entidad destaca que el aprovechamiento de este potencial requiere de invertir en el desarrollo de capital humano, así como establecer una infraestructura física y un marco legal que permita fortalecer la competitividad regional.
En particular, los servicios modernos han mostrado un notable dinamismo en el comercio mundial. En 2023, estos representaron el 56 % del total de servicios globales, de acuerdo con datos de la UNCTAD, y registraron una tasa de crecimiento promedio anual del 7,6 %, superior a la de los servicios tradicionales, de un 7 %.

En Centroamérica, esta expansión ha sido aún más acelerada, con una tasa de crecimiento promedio anual del 12,3 % durante el mismo período. Sin embargo, su participación en el total de los servicios exportados en la región fue del 31 %, un valor muy inferior al promedio mundial.
Este comportamiento, añade la fuente, es evidencia de la dinámica positiva del sector en la región. No obstante, Centroamérica aún carece de estadísticas detalladas por copartícipe que permitan comprender plenamente la evolución de este comercio.
EXPORTACIONES DE SERVICIOS
Según datos del Monitor de Comercio de Servicios en Centroamérica, elaborado por la Secretaría de Integración Económica Centroamericana (Sieca), las exportaciones de servicios de la región alcanzaron los US$24.452,4 millones al segundo semestre de 2024 y reportaron un crecimiento interanual de 10,4 %. Destaca que los principales servicios exportados fueron: viajes (39,5 %); transporte (22,3 %); y otros servicios empresariales (17,2 %), que en conjunto constituyen el 79 % del total, mientras que los servicios restantes, que representaron el 21%, incluyen telecomunicaciones, informática e información (8,5 %); manufactura sobre insumos físicos (5,6 %); y servicios financieros (3,5%).
Los países consolidados como “los principales exportadores de la región centroamericana”, al mismo período, fueron Panamá y Costa Rica, que reportan una participación del 36,5 % y 34,4 %, respectivamente.
De acuerdo al análisis de la Unidad de Comercio Internacional e Industria de la Sede Subregional de la CEPAL, Costa Rica y Panamá destacan por su inserción en servicios de alto valor agregado, en particular en comercio de servicios empresariales.
“Costa Rica ha evolucionado desde centros de llamadas hacia la subcontratación especializada de procesos empresariales, mientras que Panamá ha promovido la instalación de empresas digitales mediante incentivos fiscales, migratorios y laborales en zonas francas”, puntualiza.
Estas acciones, en parte, han permitido que la “economía naranja” (que abarca las industrias creativas y culturales con alto contenido de propiedad intelectual —como la arquitectura, el diseño, el cine, el software y los videojuegos—) se posicionen como un segmento emergente con gran potencial, especialmente entre la población joven de dichos países.
Por otra parte, la CEPAL detalla que tanto los servicios bancarios como de seguros “han escalado y se consolidan como los más desarrollados en la región”, gracias a una importante inversión intra y extrarregional. “Panamá, por ejemplo, ha canalizado recursos hacia el fortalecimiento de estos servicios en El Salvador. Este dinamismo se refleja en el avance del sistema financiero regional, considerado uno de los logros recientes más relevantes en el comercio de servicios”.
EMPRESAS REFERNTES
La multinacional Stefanini Group es una de las empresas que explora el potencial que ofrece Centroamérica para su área de negocios, pero vista como una región.
Enfocada en las tecnologías de la información, fue fundada en Brasil y busca dinamizar su negocio en un territorio que incluye a Centroamérica y el Caribe (y que agrupa a los mercados de Colombia, Panamá, Ecuador, El Salvador, Honduras, Guatemala, Costa Rica y República Dominicana).
Diego Ossa, Country Manager & Chief of Strategy en Stefanini Group para Latinamerica & Caribbean Countries, explica que para el cierre del año proyectan alcanzar ingresos superiores a los US$35 millones y experimentar un crecimiento de entre el 20 % y 25 %.
Stefanini tiene puesta la mirada en áreas clave como el desarrollo de software, ciberseguridad, cloud y un fuerte impulso de la IA, entre otras herramientas.
Además, busca potenciar su presencia en la región aprovechando las sinergias entre organizaciones con operaciones en múltiples países gracias a contratos con empresas del sector financiero como los grupos colombianos Bancolombia (con filiales en Panamá, Guatemala y El Salvador) o Grupo Aval, compañías que representan oportunidades estratégicas para expandir y optimizar sus servicios tecnológicos de manera integrada.
Otro caso relevante es el de Inversiones Cuscatlán Centroamérica (dueña de Banco CUSCATLAN) que abraza el desarrollo tecnológico e innovación para acercarse a sus clientes mediante un plan de inversión anual de US$61 millones.
“Nuestro compromiso es seguir invirtiendo en soluciones que mejoren la experiencia financiera de nuestros usuarios y aporten al crecimiento económico de los países donde operamos (Guatemala, Honduras y El Salvador),” destaca su presidente Federico Nasser Facussé.
Según la CEPAL, la visión de un mercado intrarregional es una de las avenidas que las empresas del sector pueden aplicar para mejorar su competitividad en un entorno global cambiante.
“Los servicios modernos han sido el segmento más dinámico del comercio global, en particular aquellos vinculados a la digitalización. En este contexto, se recomienda avanzar hacia una mayor prestación de este tipo de servicios mediante la combinación de talento, tecnología y procesos de tercerización.
No obstante, alcanzar ese objetivo requiere ampliar la formación de talento humano especializado, el acceso a las infraestructuras digitales, fomentar la adopción de tecnologías de la información y comunicación y fortalecer un entorno basado en la innovación”, dice la fuente.
Agrega que para poder impulsar el desarrollo de los servicios modernos y consolidar un mercado regional robusto, se propone la formulación de una agenda regional y la coordinación de agendas digitales nacionales.
El análisis de la Unidad de Comercio Internacional e Industria recalca que estas acciones deben actuar como “hojas de ruta” que permitan orientar las acciones estratégicas, reduzcan las disparidades en materia de preparación digital y favorezcan la armonización progresiva de los marcos normativos entre los países.
“Dichas agendas deben integrar elementos prioritarios como: el fortalecimiento y armonización de los marcos regulatorios; la inversión en capital humano; el estímulo a la innovación; la facilitación del comercio; el apoyo a las mipymes; la cooperación regional; y el perfeccionamiento de los sistemas estadísticos”, matiza.
En este campo Costa Rica lleva la delantera, posición que le ha permitido captar flujos importantes de inversión en este renglón.
Según datos de la Promotora de Comercio Exterior de Costa Rica (Procomer), al cierre de 2024, la economía costarricense registró exportaciones de servicios (incluyendo viajes) por el orden de los US$16.113,8 millones y experimentó un crecimiento del 9 %.En el desglose, el 42 % corresponde a servicios empresariales, seguido de viajes con un 34 %, informática, información y telecomunicación con 15 %, servicios de transformación un 4 % y transporte un 3 %.
CRECEN LOS SERVICIOS CREATIVOS
Según datos de la UNCTAD, a escala global, los servicios creativos ya representan el 19 % de todas las exportaciones, frente al 12 % de hace una década.
“Las exportaciones de bienes creativos se han mantenido estables en torno al 3 % del comercio global de bienes. Aunque los países en desarrollo exportan principalmente bienes creativos, su participación en las exportaciones globales de servicios creativos ha aumentado notablemente, pasando del 10 % en 2010 al 20 % en 2022”, matiza un informe de la entidad.
En el desglose, los servicios de software representaron el 41,3 % de todas las exportaciones del subsector en 2022, seguidos por la investigación y el desarrollo (30,7 %), la publicidad y la arquitectura (15,5 %), los servicios audiovisuales (7,9 %), los servicios de información (4 %) y los servicios culturales, recreativos y patrimoniales (0,6 %).
En Centroamérica, los datos reflejan que los servicios de computación e información se han consolidado como uno de los componentes más dinámicos de la oferta exportable.
En su análisis, la CEPAL destaca que los países del istmo muestran un importante potencial en segmentos como los servicios empresariales tercerizados (BPO) y de conocimiento (KPO), las industrias creativas, el turismo y las tecnologías de la información.
¿QUÉ HACER PARA SER MÁS COMPETITIVOS?
Según la CEPAL, es necesario que la región avance en materia legislativa para garantizar marcos normativos claros, transparentes y predecibles, especialmente para impulsar las inversiones y desarrollo de oportunidades en los servicios modernos.
Esto resulta clave en el desarrollo del comercio electrónico y de otros servicios digitales que tienen un importante despegue y potencial para crecer en el istmo.
“Para un mercado integrado, como el centroamericano, el comercio electrónico transfronterizo debiera ser un paso natural en su integración comercial, pero requiere avanzar en la modernización de los acuerdos, estándares regulatorios y de seguridad”, dice la fuente.
Por otra parte, destaca que aún falta desarrollar esfuerzos para preparar de mejor forma al talento. “En cuanto al capital humano, se requiere de una mayor articulación entre los sistemas de educación terciaria y las necesidades del aparato productivo”. Para ello “es crucial implementar programas de actualización de competencias, así como diseñar una política educativa integral de largo plazo que atienda la creciente demanda de profesionales con habilidades digitales, técnicas especializadas y lingüísticas (sobre todo inglés)”, dice.
De acuerdo con Rodrigo Baesa, Decano de la Facultad de Ingeniería de Sistemas Informática y Ciencias de la Computación (FISICC) de la Universidad Galileo en Guatemala, la academia se está adecuando a las nuevas demandas que trae el sector servicios.
Sostiene que -sin importar los cursos y carreras- cada vez más será necesario el uso de herramientas en línea, tecnología y soluciones de inteligencia artificial generativa que obligan a ajustar los modelos.
“Los modelos de educación tradicional tendrán que ir variando un poco para incorporar, por ejemplo, créditos en otras universidades u otros programas, que sea más fácil hacerlo”, visualiza. “Que puedan haber créditos en línea y presenciales, que un curso se pueda dividir en módulos, es decir , pienso que con el tiempo la educación tiene que irse cada vez flexibilizando más. A diferencia de los modelos rígidos que había antes”, considera el experto.
UNA RUTA CON DESAFÍOS
La CEPAL pone en relieve el valor que pueden aportar instituciones como la Sieca que podrían asumir un papel protagónico en la articulación de esfuerzos para fortalecer el comercio regional de servicios.
“La experiencia de la Unión Europea en la construcción de un mercado único digital ofrece valiosas lecciones para Centroamérica, tanto en lo relativo al despliegue de redes de banda ancha como en la creación de mecanismos de cooperación para el intercambio de conocimientos y buenas prácticas. En materia de soluciones financieras digitales y banca abierta, también se destacan las experiencias de la Unión Europea, Brasil, México, el Reino Unido y Asia Oriental”, apunta.
El potencial que ofrece, por ejemplo, la banca fintech (entendida como un sistema que promueve el intercambio de datos entre bancos y otros actores financieros mediante plataformas interoperables, podría incentivar la innovación y mejorar el acceso a servicios financieros digitalizados), serían potencialmente beneficioso para mipymes y la población en general.
También destaca como ejemplos a la Plataforma Nacional de Comercio de Singapur, concebida como una ventanilla única digital para servicios empresariales entre entidades públicas y privadas (G2B y B2B).
Según la CEPAL este es un modelo relevante para el desarrollo “ventanillas únicas de próxima generación” en Centroamérica, iniciativa que ha demostrado su capacidad para mejorar la eficiencia del comercio y reducir la carga burocrática para las empresas prestadoras de servicios, facilitando así las operaciones tanto a nivel nacional como regional.
Pese al optimismo, los analistas destacan que la implementación de estas soluciones requiere de una infraestructura tecnológica avanzada y una gobernanza institucional robusta, por lo que su adaptación a la realidad regional debe considerarse en un horizonte de largo plazo.