Por estrategiaynegocios.net
El Banco Central de Costa Rica (BCCR) revisó al alza las proyecciones de crecimiento económico para el 2023 y el 2024 en 0,9 y 0,2 puntos porcentuales (p.p.), en ese orden, con respecto a la estimación publicada en abril pasado.
El BCCR revisó al alza la proyección de crecimiento económico, el product interno bruto (PIB) crecería 4,2 % en 2023 y 3,8% en 2024.
Para 2023 se estima “un mejor resultado tanto de la demanda externa como de la interna”. La primera sería impulsada, principalmente, por productos manufacturados y agrícolas, servicios empresariales y el turismo receptor, mientras que en la segunda incidirían el mayor dinamismo de la inversión y el consumo.
“En el 2024 el crecimiento del PIB se sustentaría en la evolución de la demanda interna y, en menor medida, de la externa, pues las exportaciones se desacelerarían de forma coherente con un menor crecimiento económico de los principales socios comerciales”, dice el informe.
Pese a la mejora en el PIB, este se mantendría por debajo de su nivel potencial, por lo que, por la vía de la demanda agregada no se generarían presiones inflacionarias por encima de la meta de inflación.
En cuanto a las operaciones con el sector externo, las previsiones apuntan a un menor déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos con respecto al 2022 para ubicarlo, como proporción del PIB, en 2,6 % en el 2023 y en 2,2 % en el 2024. Estos resultados estarían determinados por el buen desempeño de las exportaciones, en particular de los regímenes especiales, y por la reducción en la factura petrolera, coherente con la mejora prevista en los términos de intercambio. En ambos años el déficit sería financiado con flujos externos de mediano y largo plazo, y permitiría mantener el saldo de los activos de reserva por encima del nivel mínimo que se considera adecuado según la metodología del FMI.
El ahorro financiero y el crédito al sector privado aumentarían en correspondencia con el crecimiento real de la actividad económica, la meta de inflación y el mayor grado de profundización financiera que ha experimentado el país.
El aumento del crédito, por su parte, sería impulsado en el 2023 por colocaciones tanto en moneda nacional como extranjera y, en el 2024, principalmente por el crédito otorgado en colones, toda vez que se supone una reversión del proceso de dolarización relativa del crédito observado en los últimos meses.
Según las estimaciones preliminares del Ministerio de Hacienda, las finanzas públicas continuarían en la senda hacia la sostenibilidad, con resultados primarios positivos de 1,6 % y 1,9 % del PIB y déficit financieros de 3,5 % y 3,0 % del PIB en el 2023 y 2024, en el orden respectivo.
En cuanto a la inflación, se estima que el choque desinflacionario tendrá una magnitud mayor a la prevista en el informe de abril pasado. Ello hace prever que el retorno de la inflación (general y subyacente) al rango de tolerancia alrededor de la meta, desde valores inferiores a dicho rango, sería más lento de lo considerado en esa ocasión, con un balance de riesgos que se inclina a la baja, pero que se equilibra hacia el final del horizonte de pronóstico. La inflación general ingresaría a ese rango hacia el tercer trimestre del 2024 y la subyacente lo haría en el primer trimestre de ese año.
La revisión de las proyecciones está sujeta a riesgos tanto externos como internos. En el ámbito externo, persisten los riesgos asociados a la duración y magnitud de la postura restrictiva de la política monetaria y a la intensificación de los conflictos geopolíticos, señala el BCCR.
“A lo interno, se ha acentuado con respecto al informe previo, el riesgo asociado al fenómeno El Niño, en tanto que se ha disipado el relacionado con la resistencia de las expectativas de inflación a ubicarse dentro del rango de tolerancia. Adicionalmente, no se pueden descartar presiones en el mercado cambiario que incrementen las expectativas de variación cambiaria que se transmitan a las expectativas de inflación, y de esta forma, incidan al alza en la inflación”, indica.