Por revistaeyn.com
El concepto tradicional de liderazgo está atravesando una transformación profunda. Así lo plantea Mario J. Paredes, empresario, filántropo y presidente de Somos Community Care, quien observa un viraje claro hacia modelos menos jerárquicos y mucho más colaborativos.
Según explica, una nueva generación de dirigentes —particularmente en sectores como la tecnología y las telecomunicaciones— está desmontando esquemas que durante décadas fueron aceptados como inevitables.
Este cambio también se manifiesta en la arena política, donde figuras jóvenes intentan establecer un vínculo más directo con la ciudadanía, apostando por mecanismos de comunicación inmediata y por una narrativa más cercana a las preocupaciones cotidianas. Para Paredes, se trata de un liderazgo capaz de desenvolverse en entornos inéditos: dinámicos, complejos y saturados de información.
Sin embargo, no todo lo antiguo desaparece. Paredes sostiene que ciertos atributos siguen siendo la base del liderazgo genuino: la capacidad de influir de manera positiva, inspirar a un grupo y guiarlo hacia objetivos comunes. A esto se suma un elemento clave para el presente: el interés real en el bienestar del equipo y la construcción de ambientes laborales donde la cooperación prime sobre la competencia.
Aun así, el nuevo escenario trae consigo riesgos evidentes. La presión constante y la necesidad de responder a ritmos acelerados han disparado el agotamiento tanto entre líderes como entre sus colaboradores.
El burnout ya no es una anomalía, sino un fenómeno extendido: cerca del 40% de quienes ocupan puestos directivos evalúan abandonar sus cargos para priorizar su salud; más de la mitad de los ejecutivos busca cambiar de empleo debido al estrés; y casi ocho de cada diez trabajadores dicen experimentar agotamiento profesional. Las consecuencias económicas también son enormes: las afectaciones a la salud mental generan pérdidas globales estimadas en un billón de dólares por año.
Ante este panorama, surge la pregunta central: ¿cómo ejercer un liderazgo sostenible sin caer en la sobrecarga? Para Paredes, el camino inicia con un reconocimiento honesto de los límites personales. Establecer fronteras claras entre trabajo y vida privada, reservar tiempo para el descanso y cultivar hábitos que restauren energía ya no son recomendaciones, sino requisitos.
Delegar, confiar y fomentar la autonomía dentro de los equipos son pilares esenciales. La formación en inteligencia emocional, el manejo adecuado del estrés y la búsqueda de apoyo profesional también figuran entre las herramientas prioritarias.
Asimismo, promover una cultura que respete los tiempos de desconexión, evitar el micromanagement y reconocer los logros del equipo son prácticas que fortalecen la moral y reducen la tensión interna.
Paredes concluye que es indispensable abandonar el viejo ideal del sacrificio permanente. El futuro del liderazgo, afirma, pasa por el autocuidado, la gestión consciente y la convicción de que el descanso debe entenderse como un derecho humano.